viernes, 6 de marzo de 2015

El septyimo cielo en los ojos n°37 edición especial

Bienvenidos a
  BLOG SEMANAL DE LITERATURA,ARTES,CULTURA,ESPECTÁCULOS
EDUCACIÓN ,MEDIOS Y MASDESDE TODAS LAS ESTÉTICAS,ÉPOCAS,

UN VIAJE POR Y PARA LA CREACIÓN
DIRECTORA :GLADYS CEPEDA
LO PUEDEN ENCONTRAR EN FACEBOOK

 COMO "EL SEPYIMO CIELO EN LOS OJOS"
AGRADECEMOS LA DIFUSIÓN Y EL APOYO
ALICIA LORENA CALBAÑO (PRENSA)
UN GRAN SALUDO PARA TODOS
UN AGRADECIMIENTO ENORME A LA QUERIDA LILIANA VARELA POR LA LECTURA DE MI POEMA HOMBRE DE ALDEAS UTERINAS EN SU EXCELENTE PROGRAMA "AL BORDE DE LA PALABRA" LOS INVITO A ESCUCHARLO TODOS LOS MARTES DE 18 A 19 HS Radio Arinfo
http://www.arinfo.com.ar/

y A LA QUERIDA RAQUEL FERNANDEZ por SU HERMOSO PROGRAMA !!!!!!!!!!!!UNA EXCELENTE TARDE Y GRACIAS A AMBAS Y POR BRINDARNOS TAN BELLO ESPACIO !!!!!!!!!!! invito a escucharlo todos los MIERCOLES DE 14 A 15 HS www.fmwilde.com

En esta oportunidad podran disfrutar el fascinante  mundo   de Héctor D'Alessandro (URUGUAYO)
  El primero en muchas cosas.es un excelente escritor  y coach en PNL y en coaching videoblogger, sistémico.Versatil,Prolífico,leido en el mundo ,con metodos oríginales tanto en su trabajo literario como en sus metodos de impartir clases para escribir ,aquí podran encontrarlo,disfrutarlo,compartirlo quien desee conocer mas sobre el pueden hallarlo  en 
facebook como en google los que deseen conseguir sus libros pueden hacerlos en numerosas librerias o solicitarlo a su autor al igual que sus clases




Encuentro de poesía en el Triángulo de Bernal




EN EL AÑO DEL FORTALECIMIENTO
DE LA PALABRA
ORGANIZADO: Área de CULTURA C.I.C
SANTO DOMINGO
Coordinadora :Analia Paez
coordinadora literaria: Gladys Cepeda

Apoya y difunde: A.P.O.A (asociacion de poetas argentino)

AupicIO

Municipio de Quilmes
SECRETARIÁ PRIVADA / DE JUVENTUD
DIRECCIÓN DE EXPRESIÓN Y PARTICIPACIÓN
JUVENIL


EL vienes 27 de febrero se organizo un evento en el CIC.SANTO DOMINGO 1 ENCUENTRO DE POESIA EN Centro Integrador Cooperativo en el Triangulo de Bernal en Buenos AireS  donde participaron poetas,escritores,artistas plásticos ,escultores y perfománticos músicos

  Fue una muy linda jornada ,donde los artistas pudieron expresarse libremente ,en forma diversa Entre las actividades hubo exposicion de poemas ,muestra de cuadros,de
esculturas,lecturasde textos ,perfomances de textos y musica y mucho mas
Se presento la antologia que pueden solicitar o encontrarla en forma digital en el grupo El sepyimo cielo en los ojos

Hola amigos !hoy se produjo un hermoso encuentro de poesia ,artes visuales y amigos !!!!!!!!!!!Gracias a todos los escritores y artistas que participaron del encuentro en el CIC Santo Domingo del Triángulo de Bernal

Antonio Gonzalez,Elisabet Cincotta ademas por los hermosos libros que nos regalo ,Julian Mur,El doctor Sapo ,Carlos Carbone y compañera ,Mario C.,Lamique ,Raquel


G.Fernandez y esposo ,Cali Santiago ,Lili Majic,Bairon Berón Paulette y Graciela ,Lucia Serrano y Barbara ,Claudia Alejandra Flores/Mirta Yun iDaniel Domínguez , a los amigos que vienieron a acompañarnos como Mariano Millan , Sergio AlbarracinJuan Carlos Gimenez ,Carmela Isabella ,

y especialmente a Analia Paez por todo el trabajo realizado en la organizacion del mismo ,y a todos los que colaboraron desde el CIC !!!!!!!!!!!!ademas esta la edición de la antología virtual donde podran encontrar los textos y alguna de las obras de los aritstas visuales !!!!!!!!!!y a los que nos difundieron en diversos programas de radio y medios,ademas los que por facebook+

jueves, 5 de marzo de 2015

Héctor D'Alessandro:El destino es la palabra


Aprendí a leer y a escribir antes de ir al colegio. A los cuatro años de edad, con mi padre, que me estimulaba en estas actividades.

Recortaba y pegaba las letras mayúsculas de la sección de anuncios clasificados del periódico; quizás por eso mi letra manuscrita está compuesta en cuanto me descuido de una totalidad de letras mayúsculas que llenan las hojas; me resulta más fácil escribir todo en mayúsculas que en minúsculas, de hecho, mentalmente, para mí no tienen diferencia alguna. Y, dado que mi padre ya tenía cincuenta y nueve años a mis cuatro años, aprendí un montón de palabras que los niños de mi generación (nací en 1963) no conocían a esa misma edad.

Así fue que en el colegio me caracterizaba por conocer palabras tan extrañas a corta edad como “quimera” o “tálamo” y podía referirme a hechos, objetos y personas con adjetivos más precisos que lindo o feo, como por ejemplo: “sofisticado”, “elegante” o “jacarandoso”.

Esto en cierto modo me hacía sentir excluido y pedante y por eso me adaptaba al medio en que estaba y utilizaba palabras accesibles. En este hecho radica mi capacidad de hacer fácil lo difícil, como suelen decirme mis alumnos de coaching para escribir. Era un traductor nato dentro del mismo idioma. De adulto incluso me dedique durante un tiempo a traducir a lenguaje periodístico algunos artículos complejos de sociología, psicología social, economía y psicología.

En el colegio me aburría mucho porque, dado que mis padres no me llevaban de vacaciones, yo me pasaba el verano leyendo los libros del año siguiente, y así, cuando comenzaba el año yo ya me sabía todo sobre el curso y el programa del curso escolar siguiente.

La peculiaridad de estas lecturas consistía en que leía todo como si se tratara de géneros narrativos. Este fue mi primer hallazgo epistemológico. Ver y leer las diferentes ciencias sociales y exactas como “géneros” antes que como disciplinas. Y en ello, está la base de mi tesis central para enseñar (mejor para mi es decir “facilitar aprendizajes”) escritura creativa de ficción y de no ficción y prosa ensayística.

En mi libro “Aprender es recordar. Una introducción al pensamiento narrativo” desarrollo las ideas que de alguna manera ya se habían perfilado gracias a las supuestamente “aburridas” vacaciones de lecturas que consistían mi manera de divertirme y pasar el rato.

A los nueve años leí “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgar Alan Poe; ese relato y el titulado “La carta robada” constituyen el impulso inicial para que me decidiera a escribir. El año anterior me había memorizado casi por entero, y lo recitaba y lo cantaba todo el día, el “Martín Fierro”, y eso me había dotado de un conocimiento fundamental: la necesidad de belleza en las composiciones narrativas, la necesidad de un ritmo que suscite en el lector un gusto por leerlo, una expansión lúdica. Con Poe, se despertó en mi el interés por “atrapar” al lector con una historia, mantenerlo cautivo de un modo adictivo ante la narración. Me dije, lo recuerdo claramente: “yo quiero escribir algo así”.

Paralelo a esto, se daba la circunstancia de que mi papá era un gran conversador y contador de anécdotas. Yo veía que el público, los empleados de su oficina en el Ministerio de Salud Pública, donde trabajaba como inspector general, los integrantes de nuestra familia, los amigos, todas las personas, lo escogían para que contara anécdotas comunes; y le decían “contala vos, Raúl, que sabés contarlo muy bien”.

Eso me fascinaba, yo quería ser un contador de anécdotas de su talla. Yo mismo le pedía que me contara una y otra vez historias de la familia o de su lejana juventud, y hallaba en sus relatos una vivacidad atrapante que me dejaba sin aire al escucharlo.

Cuando terminaba de contármelas, yo le decía: “contámela otra vez”.

José Hernández, Edgar Alan Poe y mi padre, Raúl D’Alessandro, fueron mis primeros modelos como narradores.

Influido decisivamente por mi padre, empecé a escribir mi primer libro, que consistió en una recopilación de frases célebres dignas, hoy día, de subirlas al Facebook.

Y luego de casi dos años juntando frases, un día lo tiré todo a la basura porque consideré que no me servían para nada y también había dejado de encontrarles su sabiduría intrínseca.

Al entrar al liceo leí “Siddartha” de Herman Hesse; pero no fue el gran impacto que luego averigüé que había resultado ser para jóvenes de casi todo el planeta. En cambio, cuando a los quince años descubría Horacio Quiroga, sus “Cuentos de amor, de locura y de muerte”, ferozmente conmovido, me propuse escribir parecido a él, hice varios ensayos pero definitivamente no sabía cómo hacerlo.

En esos años, entre los catorce y los dieciséis, leí al fin, un cuento de Robert Graves titulado “El grito” y uno de Isaac Bashevis Singer, titulado “La otra Esther Kreindell” que realmente movieron a mi fantasía a empezar a buscar mis temas y mi identidad como escritor. Luego leí Madame Bovary, El Quijote, diferentes cuentos de Chejov, “Emma Zunz” de Borges, porque me lo habían mandado a leer en el liceo, “El jugador” de Dostoievski, pero no fue hasta que un día mágico cayeron en mis manos “Las flores del mal” de Baudelaire, “Así habló Zaratustra” de Nietzsche y definitivamente “Papá Goriot” de Balzac. Estos fueron los detonadores de mi pasión por escribir. Yo quería escribir una novela como la balzaciana, pero con las imágenes, en muchos casos repugnantes, de Baudelaire y con la fuerza de las metáforas y las ideas de Nietzsche. Un proyecto ambicioso.

Seguido a eso vino “La muerte de Iván Ilich” de Tolstoi, que constituyo para mí un suceso del tamaño de la caída de un meteorito en medio de mi vida. Esa novela o relato largo era para mi punto de vista el modelo de la novela que debía escribir. Desarrollar una trama que poseyera al mismo tiempo la fuerza de una tesis filosófica, pero sin extenderse en ningún momento en elucubraciones.

Cuando estaba acabando el bachillerato y me preparaba para entrar en la facultad, no sabía aun qué iba a estudiar, leí “Trópico de Cáncer” y “Trópico de Capricornio” de Henry Miller y decidí que aquel era el modelo de escritor y de vida que deseaba vivir, al menos durante un tiempo, para acumular experiencias y desarrollar una filosofía personal que diera respaldo y sustento a mis relatos o novelas.

Ese ejemplo de mi vida demuestra claramente la fuerza y la influencia poderosísima que un libro o unos libros pueden tener en la vida y en la formación de una persona. No entré a la facultad y me dediqué a leer a tiempo completo. En medio cayó la dictadura del Uruguay y se pudo volver a leer a muchísimos autores prohibidos. Así fue que el boom latinoamericano llegó a mí y supongo que a mucha gente en los ochenta y en cuestión de semanas me leí “Cien años de soledad”, “El obsceno pájaro de la noche”, “El lugar sin límites”, “Este domingo”, “El silenciero”, “Caballo en el salitral”, “Tres tristes tigres”, “Sobre héroes y tumbas”, “El astillero”, “Juntacadaveres”, “Rayuela”, “Paradiso”, “La guaracha del macho Camacho”, “La ciudad y los perros”, “La casa verde”, “Conversación en la Catedral”, “De dónde son los cantantes”. Montevideo empezaba a ser para mí, por primera vez en mi vida, una auténtica fiesta, una fiesta de lecturas. La dictadura, con la exclusión total de todos esos autores, había instalado una creencia horrible. Nos había acabado de convencer de que la gente inteligente sólo existía en París, en New York y en Londres. Sentíamos incluso un aprendido desprecio de clase media por “lo nuestro”; pero desconocíamos por completo que existiera siquiera algo nuestro. Leer “El astillero” representó, para mí, la reconciliación total con la cultura de mi propio país y el aprendizaje del respeto por mis antepasados connacionales. No puedo expresar el orgullo inmenso de leer “Por los tiempos de Clemente Colling”, “Las hortensias”, “El cocodrilo” o “Nadie encendía las lámparas”. La felicidad infinita de saber que un hombre de una imaginación como aquella había vivido y había sido feliz e infeliz en las calles de mi ciudad.Todo esto contribuía a desarrollar en mi persona la idea de que podía ser un gran escritor y de que era posible escribir grandes cosas. Imagínate, en las tristes y aburridas calles de Montevideo alguien había imaginado mundos maravillosos.Para el año 1984 ya había leído la obra completa de Vargas Llosa, de Sabato, de Borges, de Felisberto Hernandez, de Cortázar y un sinnúmero de veces “El tambor de hojalata” y “El gatopardo” de Gunter Grass y de Lampedusa, respectivamente.En ese mismo año gané por primera vez un concurso literario, con un cuento medio kafkiano medio borgeano, titulado “Oscuro veredicto”. El presidente del jurado era Elvio Gandolfo, que era un miembro consolidado del establishment cultural de Montevideo y de Uruguay. Lo conocí personalmente, fui a verlo a su casa en la calle Fernandez Crespo y le llevé otros relatos míos, me atendió en su casa, amablemente, mientras su hija hacía los deberes en la misma mesa del comedor donde hablábamos. Yo quería trabajar de escritor, ganar dinero como escritor, y me estaba informando sobre los caminos que se abrían ante mí con los más consolidados.El descubrimiento que hice fue que todos escribían para los periódicos y esto era para mí algo así como una pérdida de tiempo. Nuca dejé de pensar de ese modo. Me vinculé al grupo de Saúl Paciuk, el fundador de la Revista RELACIONES, de psicoanálisis y ciencias sociales. Publiqué dos o tres cositas en esa revista y conocía a diversos lingüistas, hice algunos cursos con ellos en unas jornadas que organizamos para la revista en las instalaciones de la Alianza Francesa, paralelamente hacía teatro con Alberto Restuccia en Teatro Uno, y yo gustaba mucho como actor, pero no era algo que en ese momento me interesara en demasía. Ingresé a la Escuela nacional de Danza, ballet, estaba probando. Y finalmente ese año pasó en mi vida un hecho trágico, la muerte de mis padres, ambos en el mismo año. Eso fue como la demolición total de mi vida conocida hasta ese momento. De pronto tuve que salir al mundo e intentar con toda mi fuerza ganarme el sustento con la profesión que había escogido, pero no estaba dispuesto a ejercer de periodista. Así fue que volvía a los estudios formales y me inscribí en la carrera de sociología. Desde el primer año combiné con cierta astucia mi ganado oficio como escritor con el de sociólogo, hacía “historias de vida” y publiqué tres libros, uno de los cuales, más un reportaje que una historia de vida”, se convirtió en un best seller en el Uruguay, era la vida de una prostituta, “Nana”. Habían pasado para ese entonces varios años y en medio había ganado un premio importante como ensayista de corte sociológico con un trabajo titulado “Jovenarte”, en el cual esbozaba ideas sobre el destino de los artistas en una sociedad como la nuestra y en contexto de una incipiente posmodernidad. Mis ideas no estaban del todo claras ni para mí, pero fueron suficientes como para que me premiaran. En ese momento se muere mi único hermano. El destino de escritor rodeado de elementos dramáticos en todo mi entorno, como el de mi tempranamente admirado Horacio Quiroga, parecía configurarse.La angustia y la depresión inmensas que vivía no lograban aligerarse con la presencia de mi paciente y amorosa novia ni con mis éxitos como escritor ni con mi futura carrera como miembro de la intelligentsia del Uruguay. Así fue que me decidí a marcharme bien lejos, a España, a Barcelona, a comenzar de nuevo y convertirme seguramente en el escritor exiliado que llega al fondo de sí mismo gracias a la lejanía respecto de su entorno de nacimiento. Allí me dediqué a hacer negocios, a trabajar para empresas como un empleado común y silvestre durante algunos tiempos y en general a ganar tiempo para dedicar todo mi tiempo libre a la lectura y al aprendizaje literario. Nada más llegar allí, me llama mi mejor amigo desde el Uruguay, el mismo que me había invitado a irme a España y que ahora había vuelto a nuestro país y me habla durante unas ocho horas por teléfono. Desde el primer momento yo supe que durante la conversación o al final de ella, mi amigo se iba a suicidar. De hecho, al poco de conversar le dije “¿Te vas a matar?” Y el me respondió que sí, que tenía el revolver a su lado. Yo lo único que alcancé a decirle, en vista de que nada podía hacer, fue que no lo hiciera por favor durante la conversación telefónica.Lo hizo al acabar la misma.En ese momento se cerró para mí un gran capítulo de mi vida y sentíauténtico horror en mis tripas. Nauseas, frío descomunal y un dolor inmenso. También sentí miedo, miedo no, pánico. Entendí que el caso de uno es portátil y que vaya donde vaya lo acompaña. Algo que se vino a confirmar dos años más tarde cuando a compartir el apartamento con una amiga española, esta me dijo que su deseo al compartir no era abaratar gastos sino tener alguien que la acompañara en el tramo final de su vida. Tenía sida y se iba a morir. La acompañe durante casi dos años y al salir de aquel proceso, acabé convertido por primera vez en mi vida en un hombre espiritual, lo que o quiere decir creyente en nada ni de nada, y que estaba buscando un sentido a mi experiencia y un significado a mi vida y un tipo de creación literaria personal que reflejara esa búsqueda. Me formé en España como terapeuta en “rebirthing”, en osteopatía, y luego como coach en PNL y como facilitador en constelaciones familiares. Toda esa búsqueda refleja mi búsqueda de sentido para mi propia vida. En medio, y a mis treinta y cinco años, por primera vez, sentí que no podía avanzar más en mi desarrollo como escritor. Que no lograba aprender y que tampoco lograba transmitir lo que sabía en relatos o novelas. Entré entonces en la Escuela de Escritores de Barcelona, donde cursé distintos cursos e hice el ciclo de narrativa y novela de tres años. En medio, y mientras mi amiga agonizaba durante casi un año, había escrito unos treinta cuentos que la editorial Tusquets tuvo a bien considerar y su editor Oscar Solá me envió una carta no formal donde me pedía que les enviara una novela, dado que las cuadras fórmulas del marketing español editorial exigía o exige que un autor se estrene con una novela. Yo había escrito para ese entonces unas cuatro novelas, pero no consideraba que fueran ni tan buenas ni tan interesantes como para que ellos la consideraran. Fui enviando mis cuentos a diversos concursos y de vez en cuando ganaba algún que otro premio; casi todos en México. Y comencé a trabajar como terapeuta de Rebirthing. Durante años combiné el estudio, el trabajo para empresas de las más diversas y mi desarrollo como facilitador primero y luego como coach. Mi personalidad vivió el más dramático de los cambios. Pasé de ser un escritor a ser un coach. Casi se podía afirmar que eran dos personalidades diametralmente opuestas. Y fue la gran oportunidad de mi vida para volviera a aprender de modo continuo en literatura y en escritura creativa y empezara a facilitar aprendizajes a otros y a desarrollar mis viejas ideas acerca de la posibilidad de que todas las personas puedan llegar a escribir creativamente de un modo excelente. Desde el año 2008 puedo decir que me volví ferozmente eficaz en despertar esas cualidades y activar esos recursos internos en otros. Antes, y durante casi diez años, había hecho tanteos y ensayos. El empleo de estrategias excelentes como el metamodelo del lenguaje y los niveles neurológicos de la Programación neurolingüística fueron realmente el detonante para que formulara y desarrollara in extenso mis teorías acerca del aprendizaje en escritura creativa. Mis dos libros “Coaching para escribir con PNL” y “Aprender es recordar” constituyen la culminación de una periodo de catorce años de trabajo continuo para crear las estrategias más parecidas a lo que pueda denominarse sin exagerar “solfeo literario”. Escribir, para mí, hoy representa una continua felicidad y ayudar a otros a lograr expresarse constituye asimismo una felicidad análoga. Sueño con crear grandes redes a través de las cuales se facilite el proceso que yo facilito para aprender y que miles y miles de niños, jóvenes y adultos puedan acceder a sus maravillosos recursos expresivos internos y activen en grado superlativo sus facultades expresivas y sé por experiencia propia que eso constituye un medio para que las personas, las sociedades y la humanidad sean más felices, más autoconscientes y puedan realizarse con facilidad y alegría creativas. Sé además que lo voy a conseguir porque muchas personas en muchos países me apoyan día a día más y más. Uno de los grandes modelos de coaching afirma que es ser humano se caracteriza por ser una especie en la cual sus individuos necesitan “narrarse”, necesitan contarse a sí mismos y a los otros, quienes son. El hombre es un animal narrativo. Y acceder a esa capacidad de narrarse y renarrarse (lo que hoy día se llama “reinventarse) es un elemento coadyuvante en el desarrollo armonioso de la persona y un elemento fundamental de crecimiento personal y social.El que yo escribiera, en formato de performance, este año pasado 2014, en Xalapa, México, la novela “Los ojos de mi madre” ante dos cámaras, una que grababa y la otra que transmitía online al proceso de escritura, va en esa línea que ha sido permanente en mi vida de demostrar que lo difícil es fácil y yendo más allá, mostrar que los aparentes milagros y la felicidad creativa son la moneda común de la humanidad y que todos pueden acceder a ella.

Mis Talleres de coaching para escribir y mis influencias literarias. Héctor D’Alessandro

Estos surgen por necesidad personal y como resultado de mis propias búsquedas.

Como escritor, desde mis comienzos, muy joven, dieciocho años de edad, lo tuve realmente fácil, parecía que tenía a mi disposición una fuente inagotable de recursos naturales y la capacidad de darle forma a las diversas ideas que acudían a mí de las más inesperadas fuentes de creatividad.

Como lector con un marcado interés centrado en desarrollar mis músculos como escritor, poseía desde joven la capacidad de captar en un momento el núcleo del estilo de cualquier escritor que se me pusiera a tiro. Recuerdo el grupo de amigos interesados con mayor o menor intensidad en la creatividad literaria que nos reuníamos en mi casa del centro de Montevideo, que aquellos grandes compañeros y artistas: Gabriel González Rama, Enrique Causa Guzzo, Fernando Santangelo Suarez, se azoraban apreciando mi capacidad para llegar rápidamente al centro del arte de cualquier narrador, poeta, ensayista dramaturgo y a continuación parodiarlo. Llegamos a parodiar incluso, con bastante acierto, a autores casi imposible de ser burlados, como Nabokov.

La literatura para nosotros era la gran fiesta, la fiesta de la vida, quizás una vida que veíamos negada en aquella época, por una cuestión de visión personal, social, educativa e histórica, la veíamos reflejada muy intensamente en los autores que más nos gustaban y a los cuales les rendíamos auténtica devoción. Borges o Nabokov por lo despiadado de su humor, Dostoievski por la precisión quirúrgica de su entrada en el fondo del alma y el corazón humanos, en el corazón del dolor. Cortázar porque representaba un desafío a la inteligencia el poder discernir sobre todo su obra Rayuela. Monterroso nos hacía reír siempre, sin importar cuantas veces lo leyéramos. De hecho, en mi caso, la influencia inspiradora de Monterroso es tan grande que no dejo de trabajar en sus textos con los alumnos de los sucesivos cursos que he brindado. Y no sólo eso, es que en los diferentes concursos a los cuales me he presentado, siempre he firmado bajo el seudónimo “Augusto”, como un modo de homenaje a tan grande autor.

Era yo y eran mis amigos artistas, no se dedicaron a escribir, aunque esto no se puede prever jamás, un día quizás vuelvan a hacerlo, los que continúan vivos. Dos se dedicaron a la actuación teatral, uno de ellos falleció, y el otro a las artes decorativas. Y todos ellos eran amantes de la literatura y de la escritura, con independencia de las posiciones del autor o la autora y con independencia de que les gustara, de que nos gustara o no, con independencia de su estética, apreciábamos la calidad, la llamada excelencia, y aspirábamos a ellos en lo que hacíamos. Pasábamos las noches en la grata compañía de Yukio Mishima o de Gunter Grass, de Italo Calvino o Lawrence Durrell.

Yo aprendí a escribir de modo autodidacta. Recién a los treinta y pico de años y luego de una crisis de aprendizaje, creí realmente que ya no podía elevar de ninguna manera la calidad de mi prosa, que había llegado al límite y esto me frustraba enormemente, me decidí a averiguar qué cosa enseñaban en los llamados talleres literarios. Me había dado cuenta de que las conclusiones generales y los recursos extraíbles de grandes obras para ser aplicados en las propias habían llegado en mi caso a un punto de estancamiento en el cual no me era posible ver más allá de lo que ya veía y por lo tanto no tenía opciones para crear nuevas obras interesantes y originales. Así me anoté al curso de la escuela de escritura de Barcelona. Algunos de mis compañeros y profesores me observaban con admiración (los primeros) y con cierto horror los segundos, pensando con cierto sentimiento de escasez que les quería quitar su trabajo o cosas por el estilo, dado que los primeros opinaban de continuo que no entendían a qué iba si escribía tan bien, de hecho una compañera inolvidable, argentina y maravillosa, un día le comentó al profesor que ella encontraba que muchos de mis textos eran de más elevada calidad que algunos de los propuestos en la bibliografía obligatoria. Los profesores me miraban con cierto terror que finalmente vino a expresarse en palabras del director de la academia cuando cuatro años más tarde y luego de egresar de varios cursos me dijo que no me podía admitir como profesor porque con los métodos que yo había creado para enseñar “se hundía definitivamente su negocio”. Así llamaba el a su escuela y a lo que en ella hacía. Yo continué y el desarrollo y aplicación de procedimientos propios de la programación neurolingüística, del coaching estratégico, del coaching ontológico, del rebirthing, del dialogo de voces, del análisis transaccional, los modelos de terapia breve estratégica, el pensamiento sistémico y las constelaciones familiares y organizacionales y de mi continuo trabajo psicocorporal en biodanza, (ciclos completos de trabajo en el área de la creatividad), cinco ritmos, el método Grinberg, el método de liberación de corazas y el método Feldenkrais, me permitieron unificar en un modelo de trabajo abierto siempre a la experimentación y a la sorpresa del descubrimiento creativo aquí y ahora lo que hoy llamo “coaching para escribir”, que debería considerarse mejor un modelo de “Coaching para abrirse por completo a la dimensión humana de la creatividad”. Un don considerado por muchas corrientes como divino.

El resultado es que hoy día en mis cursos un alumno o alumna puede absorber una masa de información en nueve meses que equivaldría a unos cuatro años en un curso normal de taller. Y desde el comienzo, en el lapso de tres meses dar un salto cualitativo importante que los conducen en algunos casos de la expresión casi nula de cuatro o cinco cuartillas a la producción de textos casi a diario. Con facilidad yu provistos de herramientas que les permiten producir ideas creativas, porque escribir es algo que ya saben hacer.

Uno de los varios modos de ver los procesos de aprendizaje que facilito en mis cursos y talleres es que los alumnos se vuelven conscientes de las habilidades que ya poseen, disciernen la estructura que siguen para desarrollarlas, las integran, las sistematizan en su aplicación y las tienen a partir de ese momento a su propia disposición las veinticuatro horas del día.

Yo veo el arte de escribir como un arte completo en el cual es más importante la aceleración de la madurez emocional de la persona que la aparición azarosa de algún acierto en lo que escribe y felicitarle porque eso apareció. Mi pensamiento de base es que el noventa y nueve por cierto del arte en escritura es trabajo y más trabajo y sistematización de procesos naturales que se presentan de un modo absolutamente estructurado para quien aprende a leerlos.

Este arte que transmito es el resultado de mi propia vida y del currículum personal y carrera personal que decidí libremente darme a mí mismo como regalo de búsqueda personal y de proyecto profesional. Vivimos en la era líquida, eso es lo que quiero decir cuando digo que el autor, igual que otros agentes sociales, se construye a sí mismo ante la mirada de su público y que vivimos en una época en la cual, liberados de muchas restricciones epistémicas (Foucault es uno de los autores que de modo preferido se trabajan en mis cursos) podemos dar un salto al vacío con plena libertad de que vamos a realizar una obra original con nuestra vida primero y con nuestra obra como consecuencia.

El primero en muchas cosas. Héctor D'Alessandro


 Escritor y coach en PNL y en coaching sistémico.

Es el primer escritor del continente americano que escribió la vida de una madame y prostituta, "Naná" en 1991, Montevideo, Uruguay.
En el mismo año se convierte asimismo en el primer autor del continente que escribe y publica un libro biográfico (una historia de vida) sobre una prostituta menor de edad: "Flavia: mil historias"; un libro con una perspectiva sociológica y sociosemiótica.
Citado en la enciclopedia Greenwod como el primer autor de todo el continente que se interesa y escribe sobre personas alternativas y de opciones sexuales alternativas.
Es el autor de la primera biografía novelada sobre la vida de un Pae de Umbanda (la santeria del Uruguay) que también es transexual. "Las vidas de Miguela", Montevideo 1992.
Es el primer autor que escribe en español una narración y ensayo sobre el I'Ching y esta se publica en KIER, Buenos Aires, 1986. (Este relato-ensayo figura en la antología “El cucaracho y otras aventuras, 2012. EyC, Puebla, México.)
En 1987 gana el concurso de relatos universitarios de la FEUU, preside el jurado Eduardo Galeano y su relato “El lado de acá” es considerado por el jurado “lo más fuerte que han leído en años y que se ha presentado al concurso”.
Es el ganador del primer premio en español del KOSMOPOLIS del CCCB de Barcelona, en 2006 con su relato "El perro que fuma".
Participa como ganador en la antología mexicana "Voces con vida" en 2008 y en esa antología es donde el crítico mexicano Bernardo Ruiz lo incluye como un autor dotado de gran plasticidad y originalidad imaginativa y el escritor sueco chileno Víctor Aquiles Jiménez lo considera uno más de los autores que dominan las nuevas tecnologías y que considera que dominarán el panorama de la lengua española en las siguientes décadas.
La doctora Susana Arroyo-Furphy considera el libro en el que figura H.D. una joya que formará parte de las letras hispanoamericanas y de la literatura universal.
El relato de D’Alessandro en esta antología es “Un hombre encuentra una novela en el metro de Paris”.
Como videoblogger ubica sus cursos de narrativa y su relato "El cucaracho" en un nivel elevado de visionados y audiciones y obtiene un premio en la Radio Silenci de Catalunya.
Se traduce al sloveno y se incluye en una antología de los nuevos autores latinoamericanos que triunfan con nuevas tecnologías en internet.
Se transmite el cuento en un pequeño radioteatro en la Radio Universidad de Lubliajna, Slovenia.
Se publica en Puebla, México. Ediciones de Educación y Cultura: "El cucaracho y otras aventuras", una antología de treinta años de relatos de Héctor D’Alessandro, compilados por Marco Tulio Aguilera.
Como coach es el autor del primer libro de PNL dedicado al coaching para escribir en lengua española. "Coaching para escribir con PNL" y en "Aprender es recordar" formula su teoría del funcionamiento cerebral para el área de la escritura creativa.
Es el primer coach del mundo que posa desnudo en una de sus publicidades: "¿Qué es lo primero que le miras a un coach de PNL?"
Es el primer escritor en la historia que escribe una novela ante cámaras y se transmite el evento día a día online. Esto lo hace en la ciudad de Xalapa, México, en 2014. El libro en papel se titulará "Los ojos de mi madre".
Presenta el Cucaracho en Xalapa, y es considerado un nuevo referente cultural, entre los ya existentes, de la ciudad.
En la misma ciudad de Xalapa da talleres de PNL y de coaching sistémico, y su curso de "Coaching para escribir".

miércoles, 4 de marzo de 2015

Fotogaleria de Héctor D'Alessandro,



Escogí viajar a México el seis de marzo porque era la fecha de nacimiento de mi admirado autor Gabriel García Márquez. Viaje a Xalapa porque Marco Tulio, autor tremendamente vinculado por propia decisión a GGM vio años antes un vídeo mio sobre GGM y resolvió contactarme. Resulta que en Xalapa GGM publicó una de sus primeras y más importantes obras. Yo hice en Xalapa la performance a la cual llevaba tiempo buscándole momento y oportunidad. El dia que la acabé conicidió con los funerales de GGM. El 9 de mayo me convertí en uno de los homenajeantes, en la Sala de Cabildos del H. Ayuntamiento de Xalapa, al autor que de algún modo nos vinculó y quizás nos soñó a todos, porque su sueño fue un sueño de amor.
Héctor D'Alessandro
Aquí debajo está el video de mi homenaje:

https://www.youtube.com/watch?v=9GWC33iGULE&feature=youtu.be

 
Taller "Comunicación Política, Pluralidad y Tolerancia", que organizó la Secretaría de Gobierno, a través de la Dirección General de Desarrollo Político e Institucional, en colaboración con El Colegio de Veracruz. 10 y 11 de junio.

 
Taller "Comunicación Política, Pluralidad y Tolerancia", que organizó la Secretaría de Gobierno, a través de la Dirección General de Desarrollo Político e Institucional, en colaboración con El Colegio de Veracruz. 10 y 11 de junio.




 En el programa "Manantial entre arenas" en Radio Mundo 40 en una entrevista super divertida y agradable con mi querida amiga Alicia Colot — con Héctor D'Alessandro y Alicia Colot Villarreal.
 http://www.uv.mx/lectores/general/martes-de-lectores-y-lecturas-hector-dalessandro-con-su-libro-el-cucaracho-y-otras-aventuras-una-lectura-de-cuentos-elaborados-en-tres-decadas/ — Con Angel Rafael Martinez Alarcon y Héctor D'Alessandro en Xalapa-Enríquez.



 

El martes 12 de agosto, dentro de la actividad “Martes de Lectores y Lecturas” del Programa Universitario de Formación de Lectores de la Universidad Veracruzana, se presentará la charla “El cucaracho y otras aventuras, una lectura de cuentos elaborados en tres décadas” a cargo de Héctor D’Alessandro, quien será presentado por Ángel Rafael Martínez Alarcón. Podremos conocer cómo surgen los cuentos, sus motivaciones y su estilo narrativo.
Héctor D’Alessandro tiene otras publicaciones que incluyen ensayo, novela, cuento y poesía, publicados en formato impreso como en Internet. Se ha dedicado también a la tarea de Programación Neurolingüística, como maestro entrenador en coaching sistémico y en PNL, terapeuta sistémico, performer y videoblogger. Es creador del modelo de pensamiento narrativo para el aprendizaje en escritura creativa. Autor del primer libro de PNL enteramente dedicado al arte de escribir. “Coaching para escribir con PNL”. Es el primer escritor que ha escrito una novela en público y ante cámaras, en marzo-abril de 2014 en Xalapa, conocida con el nombre de “literatura líquida”.
Su obra ha tenido valiosos comentarios de escritores como Eduardo Galeano, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Bernardo Ruiz, Rolando Mejía Sánchez y el crítico mexicano Gerardo Lima lo ha comparado con Jorge Ibargüengoitia.

Ángel Rafael Martínez Alarcón
Es Candidato a doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Es docente de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, Comentarista en la radio: http://www.mundo40.com.mx/. Es Titular del programa “Conversatorio shalom” en: http://www.arquidiocesisdexalapa.com/radio. También es miembro del Consejo de Crónica de Xalapa.
La charla se llevará a cabo el día 12 de agosto de 2014 a las 17:00 horas, en la Sala Carlos Fuentes Lemus de la U.S.B.I. Xalapa.



 Hector D"Alessandro con el cronista de Xalapa


















 Presentación de El Cucaracho y otras aventuras. — con Ricardo Moreno Botello, Héctor D'Alessandro y German Martinez Aceves.
 En la Fundación Colosio con Angel Rafael Martinez Alarcon y Denisse Uribe Obregon

                                                 En Palacio Municipal de Xalapa

martes, 3 de marzo de 2015

Fotogalerias de Héctor D'Alessandro



Con Ediciones de Educación y Cultura casi al completo. El editor Ricardo Moreno Botello, los escritores: Marco Tulio Aguilera, Jorge Arturo Abascal Andrade, Héctor D'Alessandro, Beatriz Meyer y Enrique Pimentel.
— con Ricardo Moreno Botello, Jorge Arturo Abascal Andrade, Beatriz Meyer y Fernando Pimentel. La foto del recuerdo: cuatro escritores de la Editorial Educación y Cultura en Xalapa : MT, Jorge Arturo Abascal Andrade, Héctor D'Alessandro y Beatriz Meyer frente a la Biblioteca Carlos Fuentes antes del inicio del Ciclo Eros en la Literatura Latinoamericana, que continúa mañana a las 6 pm con la presentación de Cuentos para antes, después y en lugar de hacer el amor.



Alumnos que finalizaron el primer nivel del DIPLOMADO de COACHING PARA ESCRIBIr El primero que se impartio en el continente americano por Héctor D'Alessandro en REALIA
— con Teresita Arias Carmona, Elízabeth Santos, Héctor D'Alessandro, Karla Sequera, Rubén Hernández Ruiz, Salvador Rodríguez, Keevie R Cape y Angel Rafael Martinez Alarcon.



 
 Fin del segundo nivel de coaching para escribir tu obra,  — con Angel Rafael Martinez Alarcon, Alejandro Mariano, Francisco González Ch, Héctor D'Alessandro, Keevie R Cape y Elízabeth Santos.



  En RadioLocal Xalapa con Héctor Gonzalez Aguilar durante la transmisión del programa "Café Literario".

Coaching para escribir. Testimonio de un alumno. Comienza el primer nivel el 28 de octube en REALIA

 
• Experto en programación neurolingúistica y coaching sistémico primer nivel
Instructor: Héctor d’Alessandro
Todos los jueves de 16 a 20 hrs a partir del 30 de octubre (6 meses)

• Coaching para escribir. Primer nivel.
Instructor: Héctor d’ Alessandro
Todos los martes de 16 a 20 hrs, a partir del 28 de octubre (10 sesiones)

El septyimo cielo en los ojos n°60