Recordaron el 35º aniversario de la quema de libros en Sarandí
Fue uno de los hechos graves de la dictadura del ’76 del cual se
cumplieron 35 años y que hemos comentado en varias notas
periodísticas. Fue la quema de libros del Centro Editor de América
Latina (CEAL) por parte del gobierno de entonces y la cooperación
insólita de un juez provincial. Nos reconforta la memoria pública
porque tanto los vecinos como el gobierno municipal, así como el
escritores y periodistas no dejaron pasar por alto este triste
aniversario.
En 1980, desde el depósito que la editorial alquilaba se trasladaron
muchas toneladas de libros en camiones hasta el baldío de Ferré,
entre Larralde y Lucena, para ser quemados.
El municipio y las biliotecas populares de Avellaneda organizaron el
último 26 de junio un acto realizado en la calle Ferré, entre C.
Larralde y Lucena, como repudio a la quema de libros. Una gran
cantidad de vecinos, jóvenes, directivos de las bibliotecas y
funcionarios municipales se dieron cita en el lugar donde se produjo
la quema de más de veinte toneladas de ejemplares. Se escuchó el
testimonio de una responsable de la editorial cuyos libros fueron
quemados. Recordó a la CEAL, dirigida entonces por el editor Boris
Spivacow, como «una locura de trabajo, pasión, discusión, risas y
llantos». Además, compartió su recuerdo de la quema con los
presentes.
En este acto habló además, en nombre de las bibliotecas, Antonio J.
González, quien señaló el rol de esas entidades vecinales en la
defensa del libro y sus autores. Para finalizar, el intendente Jorge
Ferraressi sumó el decidido apoyo del municipio en este acto con la
exhibición, sobre el muro de ese lugar, de fotos de aquel fatídico
día de 1980 y la donación de libros a los asistentes al acto.
En la nota que en su momento publicó el escritor Mempo Giardinelli
en un diario nacional decía sobre aquel triste episodio: «Ese 26 de
junio de 1980 está en la memoria más horrible de la Argentina y
escribo esto pensando una vez más en todo el dolor que todavía nos
deben. Propongo recordar lo sucedido. Propongo que imaginemos aquel
26 de junio de aquel 1980. Día frío y gris, pero no llueve. La
acción en Sarandí, partido de Avellaneda, provincia de Buenos
Aires.
A corta distancia de lo que entonces se llamaba Capital
Federal, vemos que de un gran depósito sobre las calles O’Higgins
y Agüero (hoy Crisólogo Larralde) entran y salen camiones cargados
de libros. Son veinticuatro toneladas de libros. En silencio,
suboficiales, soldados y policías vacían lentamente el depósito
bajo las escrutadoras severas miradas de oficiales del Ejército
Argentino, algunos muy jóvenes». Recordó también a Boris
Spivacow, «un respetado matemático de 65 años, hijo de inmigrantes
rusos. Entre 1958 y 1966 había sido gerente general de Eudeba (la
Editorial de la Universidad de Buenos Aires) y la había colocado en
el pináculo de la consideración pública por sus colecciones de
extraordinaria calidad y cuidado a precios populares».
Es bueno constatar que la memoria sigue encendida y viva, también en
los barrios de la ciudad.
MUY BUENA NOTA GLADYS.
ResponderEliminarMuchas gracias !!!!!!!!!!!!!!!!
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