Hugo Mujica, poeta y
filósofo
“No recuerdo casi nada de mi infancia, pero por el otro, la intuyo
como un lugar fecundo, al analizarlo me gusta lo que brota de ahí”
dice el poeta Hugo Mujica nacido en Avellaneda en 1942, en una
vivienda de Piñeyro. “Quizás la marca más grande es que mi padre
quedó ciego; eso implicó otra relación con la vida. No fue nada
trágico, o sí; lo curioso es que nos dio un rol por encima de lo
que hubiésemos sido sin esa tragedia, empezando por mi padre, que
era un hombre común y tuvo que enfrentar algo así. A los 13 entré
a trabajar a una fábrica; aunque suena mal, me sentía un héroe por
aportar en casa”.
“En la primaria gané premios porque dibujaba bien –continúa
expresando en un reportaje- después estudié en Avellaneda e hice
Bellas Artes en el Beato Angélico en Buenos Aires. Dibujar y pintar
fue desplegándose conmigo, me acompañó siempre, y empecé a sentir
la necesidad acuciante de expandirme” agrega.
“Hasta los 19 ò 20 años … trabajaba, una familia de obreros en
Avellaneda, ese clima... Siempre estuve muy marcado por la necesidad
de encontrar un sentido. No heredé ninguna religión, pero sí sabía
que no me alcanzaba lo que se veía, siempre tuve la obsesión de
encontrar otra cosa”.
“Empecé a leer muy asiduamente, un lector compulsivo casi. En los
'50 masticábamos a Sartre, no entendíamos mucho, pero era muy lindo
dar vueltas en torno a esas ideas, y participábamos de esa especie
de decepción de la razón que fueron esos años” cuenta Mujica.
Pero sus creaciones útiles no acaban allí, porque también estudió
filosofía, antropología filosófica y teología, disciplinas que
sirvieron a Hugo Mujica para dar luz a sus creaciones. Entre sus
ensayos están “Kénosis”, “La palabra inicial”, “Flecha en
la niebla”, “Poéticas del vacío”. “Solemne y mesurado” y
“Bajo toda la lluvia del mundo”, son libros de relatos. De su
obra poética podemos mencionar: “Brasa blanca”, “Sonata de
violoncello y lilas”, “Camino del nombre”, “Paraíso vacío”,
“Sed adentro”, entre otros.
“A los 15 había leído “El Ser y la nada” -expresa- me imagino
que no entendí, pero era lindo estar ahí. Hoy sigo teniendo la
misma sensación con Heidegger, he escrito libros sobre él y no sé
si entiendo lo que dijo, me pone en un lugar donde pienso por encima
de lo que pensaría por mí mismo. Más allá de entender, pasa otra
cosa en el encuentro con el pensar de otros. Los grandes son aquellos
que fecundan, no que solamente dicen lo que dicen”.
Su obra poética, iniciada en 1983, ha sido editada en Argentina,
España, Italia, Francia, México, Estados Unidos, Chile, Eslovenia y
Bulgaria. En 2005 Seix Barral la publicó en "Poesía completa.
1983-2004", en 2011 se editó su último libro de poesía: "Y
siempre después el viento". Su vida y sus viajes han sido el
material principal de su obra, hitos como el haber vivido y
participado de la década de los 60 en el Greenwich Village de Nueva
York, como artista plástico, o el haber callado durante siete años
en el silencio de la vida monástica de la Orden Trapense, donde
comenzó a escribir, son algunos de los mojones de su historia.
HACE APENAS DÍAS
Hugo Mujica
Hace apenas días murió mi padre,
hace apenas tanto.
Cayó sin peso,
como los párpados al llegar
la noche o una hoja
cuando el viento no arranca, acuna.
Hoy no es como otras lluvias
hoy llueve por vez primera
sobre el mármol de su tumba.
Bajo cada lluvia
podría ser yo quien yace, ahora lo sé,
ahora que he muerto en otro.
ORILLAS
Afuera ladra un perro
a una sombra, a su eco
o a la luna
para hacer menos cruel la distancia.
Siempre es para huir que cerramos
una puerta,
es desierto la desnudez que no es promesa
la lejanía
de estar cerca sin tocarse
como bordes de la misma herida.
Adentro no cabe adentro,
no son mis ojos
los que pueden mirarme a los ojos,
son siempre los labios de otro
los que me anuncian mi nombre.
En Avellaneda estudió en la Asociación Gente de Arte. El lo recordó sorprendiendose al ver el logo de la Institución en un encuentro organizado en Sarandí hace unos años
ResponderEliminarque bueno
ResponderEliminarGracias querida Gente de ARTE POR SUS PALABRAS