lunes, 15 de agosto de 2016

Resonancia de poetas Persas -Cristina Pizarro



 
 
El propósito de esta ponencia es dar conocer de qué modo se van eslabonando en nuestra vida las lecturas que apreciamos.

Para ello debo destacar lo siguiente:

La lectura de la Rubaiyat   de Omar Khayyam(1041-1121?) que hice en mi adolescencia marcaron un hito por la temática que desarrollan sobre la vida, la muerte, la fugacidad de la vida, lo imperecedero, el carpe diem, la fluctuación entre lo que implica la senda mística y el camino del goce terrenal, que se asemeja a la comparación que hace el poeta con la taberna y la mezquita, ambos como lugares sacros para el hombre que necesita fusionarse con su alma en comunión con Dios y con sus hermanos. Todo eso se  fue gestando en el tiempo, unido a los estudios orientales y a mi interés por la filosofía y las religiones.

Las traducciones de las Rubaiyat. Desde la realizada por el poeta inglés Edward Fitzgerald, de gran repercusión en Europa a partir del siglo XIX. La traducción del riojano Joaquín V. González (tierra natal de mis ancestros), uno de los hombres argentinos que ha hecho más por la educación y las leyes (Fundó la Universidad de La Plata , y creó el Instituto Superior del Profesorado, siendo ministro de Instrucción, en el gobierno de Quintana, que lleva su nombre y del cual soy egresada.). La traducción del padre de Jorge Luis Borges, a quien él le dedica en Otras Inquisiciones, “El enigma de Edward Fitzgerald” y que les recomiendo volver a leer. As í como también su poema Rubaiyat y “Ajedrez”, dedicados al gran Omar y al interés de Borges por el Islam y la lengua árabe.

Los textos de la poeta iraní Farough Farrouzhak, fallecida en una accidente a los 32 años  en 1967 y que irrumpió con un lenguaje diferente a la de la escritura de poetas de su generación, por su anhelo de libertad  a partir de su obra Otro Nacimiento, en donde el sonido y el viento imperan como ámbitos de la creación y se debaten ante la nada. El amor y la sensualidad en las constantes alusiones a la naturaleza, el tono coloquial que revela la intimidad del ser. Su presencia sin el velo que debe con rigor cubrir los cabellos de la mujer en Irán, la censuró y la postergó .No obstante se destacó en el cine con películas que dirigió y también con la que Antonioni hizo sobre ella.

Las resonancias, pues, se inscriben desde mis lecturas y desde las lecturas de escritores que admiro (como González y Borges) y se entrelazan a través del estudio y el deseo de conocimiento de autores de otras culturas.

Hakim Omar-e-Khayyam de Neishabour, filósofo, matemático, astrónomo y gran poeta (1040-1121?).

Sus Rubaiyat fueron traducidas a varias lenguas. Las traducciones del poeta inglés Edward Fitzgerald, desde la primera publicación en 1895, en la que estuvo trabajando por más de 25 años, cubrieron la fama de Khayyam por todo el mundo. Se destaca la profundidad del pensamiento sobre el secreto de la creación y el destino humano. Estas cuestiones han ocupado la mente de los eres por centurias. Mientras tanto  las cosas indiscutibles son el mundo de la existencia, y luego el cierto destino de cada ser humano, la muerte.

Esta corta, perecedera y efímera oportunidad será elogiada y también se enriquece  la vida, disfrutándola. Es indudable que las Rubaiyat de Omar Khayyam, surgidas en una época en donde imperaba el dogma musulmán, han cautivado al mundo europeo, ya que el genio de Persia logró  sobresalir a partir  con sus interesantes temáticas existenciales.

Hay diversas interpretaciones sobre el cariz de la obra. Por un lado, están los seguidores de la interpretación mística que le otorga un significado esotérico al lenguaje, los vocablos y las imágenes, acercando a Khayyam como adepto de la secta sufi, que es la corriente mística del Islam. Por otra parte, estaría el Omar erótico, emplazado en el epicureismo, tal como los sostiene Fitzgerald cuyo trabajo se hizo sobre el manuscrito de la “Bodlein Library” de Oxford, fechado por el copista en Shiraz en 1460.

El vino a que se refiere Hafiz no es el mismo que bebe Omar, que la igual que Anacreonte y Lucrecia canta los placeres que nos brinda la vida.

Su escepticismo, su marga desilusión, su incredulidad, ¿no serían el fruto de esta anarquía reinante en los espíritus a causa de aquella variedad de creencias y principios filosóficos? ¿o llegó a serlo a causa de sus ciencia?

¿Qué importa, por lo demás, que fuera lo uno o lo otro; que la fuente de su inspiración estuviera en este o en aquel lugar? Místico, incrédulo, sensual, anacreóntico, hereje, blasfemo, humorista o lo que se quiera, lo que sobre todo cautiva en Omar Khayyam es su inquietud de misterio, que rige como un “leit motiv” la armonía recóndita de sus poemas. Quien los lea sentirá filtrársele furtivamente en el alma una especie de melancolía cósmica, sedante y deliciosa, que hace bien porque mientras dura el efecto del filtro, mantiene libertado de la febril ansiedad de vivir, que ya condenaba el Eclesiastés.

 

 

FOROUGH FARROKHZAD

 

…Y esa soy yo

una mujer sola

en el inicio de una estación fría (Creamos al inicio de la estación fría)

(y la niña que sus mejillas

tuvieron el color de las hojas de geranio, ah/

ahora es una mujer sola

ahora es una mujer sola) (el otro nacimiento)…

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¿Por qué paró?, ¿Por qué?

…hoy es el primer día del mes de Dey

yo conozco el secreto de las estaciones

y entiendo la palabra de los momentos

el salvador se ha dormido en la tumba

y la tierra, la tierra acogedora

es una señal de la paz, de la tranquilidad…

 

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…Todos los tiempos de la felicidad sabían,

Que tus manos se arruinarían,

Y yo no miré

Hasta que la ventana del reloj

Se abrió y aquel ruiseñor triste tocó cuatro veces,

“Dije a mi madre: ya se acabó

dije: siempre antes de lo que piensas ocurre,

tenemos que mandar una condolencia

para el periódico

mira como nieva

tal vez era la verdad de las manos jóvenes,

las manos jóvenes,

que se sepultó en la nieve…

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…Quiero una oportunidad, lejos de los ojos de los ajenos.

te daré una copa de vino

quiero un lecho de las rosas

para que te entregues una noche…

 

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…He cometido un pecado, un pecado lleno de placer

al lado de un cuerpo movido y distraído,

en un pecho que era cálido y ardiente

Dios! No sé que hice

en ese refugio oscuro y silencioso…

 

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…¿Quién soy yo? Nacida de una noche disfrutable

un desconocido me lleva en este camino

una vez un cuerpo envolvió al otro

yo nací, sin que yo quisiera…

 

OMAR KHAYYAM

II

¿Qué vale más? ¿examinar nuestra conciencia sentados en una taberna

o posternarnos en una mezquita con el alma ausente?

No me preocupa saber si tenemos un Dios ni el destino que nos reserva.

V

Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy.

Toma un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna

y bebe pensando en que mañana

quizá la luna te busque inútilmente.

VII

Nuestro tesoro es el vino y nuestro palacio la taberna.

La sed y la embriaguez son nuestras fieles compañeras.

Ignoramos el miedo porque sabemos que nuestras almas, nuestros corazones, nuestros cálices

y nuestras vestes manchadas, nada tienen que temer del polvo, del agua ni del fuego.

XX

Fugaces son nuestros días y huyen

como el agua de los ríos y los vientos del desierto.

Empero, dos días me dejan indiferentes:

El que ayer murió y el que mañana no ha nacido.

XXI

¿Cuándo nací?¿Cuándo moriré?

Nadie recuerda el día de su nacimiento ni es capaz de prever el de su muerte.

¡Ven dócil bienamada!

Quiero olvidar en la embriaguez el dolor de nuestra ignorancia.

XXIII

¿Por qué te angustia, Khayyám, el excesivo pecar?

Inútil es tu tristeza.

¿Qué hay después de la Muerte ?

La Nada o la Misericordia.

XXIV

En los monasterios , las sinagogas y las mezquitas

hallan refugio los débiles temerosos del Infierno.

Pero el hombre que ha experimentado el poder de Dios,

no cultiva en su corazón las malas semillas del miedo y de la súplica.

XXVI

El mundo inabarcable: Un grano de polvo en el espacio.

Toda la ciencia del hombre: Las palabras.

Los pueblos, las bestias y las flores de siete climas son sombras.

La Nada es el fruto de tu constante meditación

XXVIII

Convéncete bien de esto: Un día tu alma dejará el cuerpo

y serás arrastrado tras un velo fluctuante entre el mundo y lo incognoscible.

Mientras esperas ¡sé feliz!.

No sabes cuál es tu origen e ignoras cuál es tu destino

XXXI

Nadie puede comprender lo inefable.

Nadie es capaz de ver lo que se oculta detrás de lo aparente.

Todas nuestras moradas son provisionales, salvo la última:

La morada de la tierra.¡Bebe vino! ¡Basta de inútiles palabras!

XXXVIII

Sueño sobre la tierra, sueño bajo la tierra,

cuerpos que yacen.

Por doquiera es la nada. Desierto de la nada.

Seres que llegan. Seres que se extinguen.

XLI

Renuncia a la recompensa que merecías. Sé feliz.

No te lamentes por nada. No anheles nada.

Lo que te ha de suceder,

escrito está en el Libro que hojea al azar el viento de la Eternidad.

XLIV

¡Bebe vino!

Largo será el tiempo que habrás de dormir

bajo tierra sin compañía de mujer y sin amigo.

Oye este secreto: Los tulipanes secos ya no resucitan.

XLIX

Acaso brotan de los labios yertos de una mujer

las raíces del narciso tembloroso al borde del arroyo.

¡Roza con leve pie el césped que hunden tus pasos!

Quizá nació de las cenizas de hermosos rostros donde triunfó el brillo de rojos tulipanes.

LIII

¡Actúa con prudencia, viajero!

Peligroso es el camino que transitas y afilada la daga del Destino.

No te hartes con las almendras dulces.

Contienen veneno.

LVII

Escucha lo que la sabiduría te repite día tras día:

La vida es breve.

En nada eres semejante a las plantas

que retoñan luego de podadas.

LIX

Mi nacimiento no trajo ningún bien al mundo.

Mi muerte no disminuirá ni su esplendor ni su grandeza.

Nadie pudo jamás explicarme para qué he venido,

ni por qué he venido ni por qué me iré.

LXVII

No tengo miedo a la muerte.

Prefiero este hecho ineluctable al que me impusieron el día que nací.

¿Qué es la vida?

Un bien que yo no elegí y que devolveré con indiferencia

 

 

 

Jorge Luis Borges

 

Ajedrez


I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?


 Nota públicada hace un tiempo en rev LAK-BERNA

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