lunes, 19 de diciembre de 2016

Entrevista a Eduardo Espósito Por Andrés Aguirre



Conocí a Eduardo Espósito a fines de los 90. Lo escuché en un programa de radio. Le hacían una nota y daba unos consejos para escribir poemas. Días después fui a un encuentro de poesía que hacía en un bar de Moreno la misma gente del programa. Yo recién garabateada unas palabras que tenían un parecido a la poesía y conocer la suya me abrió camino a una literatura más moderna. Él decía cosas que me parecían ocurrentes, sin yo saber demasiado del tema. Nada acartonado, como las letras de rock que estaba acostumbrado a escuchar. Todo un rockero de la poesía. Después me dediqué a otra cosa y no supe más de él. Hasta que volví a acercarme a los ámbitos poéticos de Moreno. Averigüé si me daba lugar en su mítico taller y empecé a concurrir. Ahí aprendí mucho de autores, estilos. Compartimos el cariño por las letras y aprendí de la importancia que tiene en la poesía la libertad, el desprejuicio y el poder escuchar a tus iguales, con humildad incentivando la creatividad.
Eduardo Espósito, un verdadero maestro de la poesía actual.
Después de tantos años en la poesía, para muchos es difícil recordar cuándo a uno le empieza a interesar dicho mundo.
A- ¿Considera que algún momento de su niñez o adolescencia fue detonante para comenzar a escribir?
Me hacés retroceder al país de la infancia, Andrés. En mí, es imposible separarlo de la poesía. Y no digo de los poemas propiamente dichos, sino de las lecturas de una madre que pasaba horas leyendo para mí, antes que yo supiese hilar las palabras. Textos como el Príncipe Valiente, Bomba, y otros tantos de la colección Robin Hood, adelantados para mis cinco años, pero que contribuyeron a desarrollar mi imaginación. Y hablo de una época donde si había un televisor por manzana, era mucho, y por supuesto no era en mi casa. El resto de la poesía se hallaba subiéndose a los árboles en Paso del Rey, convirtiéndolos en naves espaciales y partiendo a lejanos planetas. O jugando a que los broches de tender la ropa eran robots enfrentados a los soldaditos de plástico. Llegados los quince años, y a pesar de tener desde los diez un televisor en casa, surgió la necesidad de decir "en poesía". Allí, a pesar del desierto escolar, con sus escasos acercamientos a lo contemporáneo, surgieron los primeros intentos -rimados por supuesto-. Nadie nos había enseñado hasta entonces que hacía muchos años ya, el verso libre era moneda corriente.
B- Considerando sus poemas escritos: ¿ puede encontrarle el mismo sentido que tuvieron en el momento que los escribió?
Resultaría cómodo decir que sí, ya que en algunos casos ocurre, pero es más complejo. Considerando a Heráclito y su río, aquel Eduardo, y ese otro posterior, ya no son el de ahora, que también va pasando mientras respondo. Algunos textos evocan una parte olvidada, crepuscular, otros parecen no pertenecerme directamente, y surge la inevitable pregunta: "¿yo escribí eso?", no tanto por la técnica o falta de ella, sino porque sólo lo racional hace que pueda ligarlos a mi existencia, hoy.
C- Luego de tantos poetas y poemas leídos: ¿le da trabajo encontrar vocabulario que resulte novedoso a la hora de sentarse a escribir?
Creo que si le hubieses preguntado a uno de los Eduardos anteriores, te hubiese contestado que sí, que me afanaba en ello. Hoy, me acerco a esos relámpagos del inconsciente, con mayor naturalidad. Lo que sale, sale. Y como decía el poeta italiano Giovanni Raboni: "cuando hay ganas, se escribe" no fuerzo nada. Veo esto no como falta de pasión o interés, sino como una etapa de mi vida más contemplativa, serena, al menos en lo que a escritura se refiere. Una necesaria decantación.
D-  Como coordinador de talleres y educador en las letras: ¿qué le parece más importante en un poema para que sobresalga del montón?
Esta pregunta tiene varias aristas. Hay muchos elementos valiosos que se toman a la hora de evaluar un poema. Y te confieso que lo primero que me vino a la mente es esa página que el profesor Keating hace arrancar a sus alumnos de un libro de literatura, en la película "La sociedad de los poetas muertos". Como coordinador valoro la estructura, eso que convertirá al poema en un objeto estético, en arte. Pero la autenticidad debe acompañar este proceso. He comprobado que si conseguimos que ciertas vivencias que nos afectaron y mucho, logran ser trasmitidas con eficacia estética, tienen un plus, llegan mejor a otro. Y seguramente son lo opuesto de esos hediondos golpes bajos con que algunos pretenden impresionar hasta el aplauso a sus oyentes. Finalmente la originalidad, hallar ese poema que, a pesar de haber leído muchos, nos parece alejadísimo de cualquier lugar común.
E-  ¿Qué opina de las traducciones de los poetas en lenguas no española?
Apenas si manejo un cierto castellano, el rioplatense. Y cuando leo a Bukowski en "chileno básico" o castellano propiamente dicho, ya me altero. Imaginate el trabajo que deben tener los pobres poetas que se dedican a la traducción. Conozco a varios, y es sencillo comprender por qué sólo los poetas pueden traducir a los poetas. No creo en la frase tana que habla de traición a la lengua o al poema. Nos perderíamos un mundo inmenso, si los traductores no se pusieran semejante peso sobre los hombros. Hace poco un poeta Indio, que es profesor de castellano en su pais, tuvo la gentileza de traducir al bengalí, algunos poemas de mi autoría. Pobre, todo un trabajo me imagino. Debemos estar agradecidos de estos poetas con sus dones especiales.
F ¿ Piensa que política tiene influencia en la poesía actual? ¿ Supo de algún político interesado por la poesía?
Desde chico escuché que el hombre es un animal político. Me negué a aceptar esto como una verdad absoluta por mucho tiempo. Aunque me daba cuenta de lo mucho que ha influido en grandes poetas, desde los antiguos griegos hasta este mismo día. De lo que sí estoy convencido, especialmente después de haber leído a muchos integrantes de la generación argentina del 60, además de Dalton, Brecht y tantos otros, es de que el verdadero compromiso de un poeta debe ser con la poesía, lo demás pertenece a su vida personal. Juan Gelman es un ejemplo de esto, jamás renunció a la belleza a pesar de los zarpazos que le dio la vida, jamás se volvió panfletario. En oriente, tanto Mao Tsé-tung como Ho Chi Minh, tremendos líderes revolucionarios escribieron poemas. Como curiosidad, Rafael Bielsa, político argentino y hermano del que fuera director de la selección de fútbol de nuestro país, ha editado libros de poemas, que poco tiene que ver con la política.
G - ¿ Que elementos le parecen interesantes en la poesía joven y cuáles menos relevantes ?
Recuerdo que allá por los 90, surgió todo un movimiento de poesía "joven" de tono objetivista. Tuvo el padrinazgo del Diario de Poesía y de los "curadores" del Festival Internacional de poesía de Rosario. Hoy, a la distancia se puede ver el fracaso de tratar de imponer una estética. Su director fue algo así como el Magnetto del objetivismo. No obstante como en todo movimiento, claro que hubo valores rescatables. Hoy, vuelvo a escuchar el término "poesía joven". La condiciones sociales son otras, la tecnología influye en ello, creo yo, y mucho. Pero la virtualidad hace que todo sea más efímero, fugaz, un campo donde la impaciencia maneja nuestras vidas como un control remoto. Se corrige poco, ya sea por desconocimiento o desidia. Y como extremo, llegamos al slam, claro que no todos los pibes se dedican a estas competencias con jurado, una mezcla de poesía y stand up, efimerías de estos tiempos. Lo relevante, por otra parte, está en que muchos asisten a talleres, no los descalifican a priori, ni se creen ungidos por el dedo de Dios. De esa modestia, siempre valiosa en la poesía, veo surgir en todo el país, gente con algo nuevo, distinto, que yo como persona con vivencias más viejas, no sabría expresar tan bien. Ellos y ellas, son los verdaderos poetas de este tiempo y hay muchos y buenos.
H- ¿Cree que cualquiera puede escribir poesía o una persona tiene que tener algo especial?
Bueno, el ejemplo del fútbol, podría servir perfectamente como respuesta, no te parece? "La poesía debe ser hecha por todos, no por uno" decía Lautréamont. Y qué lindo sería que todos pudiesen comentar, discutir, garabatear algún texto, vivir de manera poética. Claro no necesariamente todos serían el Messi de la poesía, pero se hablaría de la vida y la poesía como una sola cosa. Sabemos que eso no ocurre ni ocurrió en el pasado, aunque hay excepciones como el Festival Internacional de Medellín. Resulta casi una utopía hecha realidad ver a tanta gente diversa escuchando poetas de todo el mundo, sentados y atentos como en una cancha. Mientras tanto y hasta que la cultura no impregne a nuestra sociedad, no sólo con divertimentos pseudo-artísticos, seguiremos siendo como decía el poeta chino Tu-Fu hace 1300 años, "nuestra propia audiencia".
I- ¿ Piensa que cada autor de un poema debería saber explicarlo?
No. Y de hecho muchas veces, ni siquiera sabemos qué nos lleva a elegir ciertas metáforas desconcertantes para nosotros mismos. Quizás, como decía León Felipe, el filósofo busca la verdad a través de la razón y el poeta a través de la "locura". Además significaría el fracaso de la poesía.
J - ¿ Considera que los poetas deben estar en cargos públicos o piensa que puede interferir con la visión crítica de sus textos?
Es sólo una apreciación personal, pero me animo a decir que eso depende de la calidad del poeta; de que cumpla con lo que dijo hace años, Bertolt Brecht, a pesar de su compromiso político y social: "La única revolución posible con la poesía, es la revolución de la poesía".  Y creo que Brecht fue muy crítico con sus textos. Si hubiesen sido panfletos, nadie lo recordaría.
K - ¿ Cómo ve el futuro de su obra? ¿Está pensando en publicar un nuevo libro?
He leído mucha poesía. He visto diluirse la popularidad de aquellos que en algún momento se consideraban imprescindibles. Me siento uno más de los tantos que pasarán, pero por eso mismo, tengo muy grabados estos versos de Rodolfo Alonso: "Porque a toda la muerte hay que dejarle/ un recuerdo rayándole la cara,/ un sonido de hombre de algún modo". Tengo cinco libros personales más otros compartidos con gente querida. No puedo pedir más. Dios dirá, si habrá algún libro de lo que estoy haciendo ahora. Y vos sabés, que cuando digo "Dios", para mí no es una muletilla.
Poemas inéditos
O’CLOCK
Raspar el hueso azul de la poesía
Preparar una pócima untuosa
y aromática
como para seducir a una elefanta
con restos de amores contrariados
de sueños enterrados en frasquitos
y una gloria que nunca supo poseernos
Sorber la médula
El caracú de lo que queda por tirar
al minuto del último naufragio
Que su poder proteico nos consuele
de este opio final
de su aliento de lija amortajada
sus vapores fungosos
y sus polvos
Y entonces (sólo entonces)
alzar la copa colmada a un nuevo día
Cada mañana una indócil golosina
birlada al maxiquiosco de la muerte.
MEDICINAS
Yo creí que el amor y la empatía
te lo vendían en dosis homeopáticas
para el consumo del hombre y la mujer
La prevención
El fraude
El difícil equilibrio del que dice amor
y te inocula su cuota de veneno
(que fue remedio un día)
Y vos que te parás frente al espejo
y la llamás a Alicia
como si Carroll tuviese algo que ver
con tu naufragio
Nadie puede salvar a nadie
Vivir es deambular por el Titanic
buscando una caricia
un gesto que sea claro
en un mar que se hunde
Morir es no encontrar esa caricia
Inflar globitos para siempre
donde la luz no importe
Vas comprendiendo ya?
Viste qué fácil?
Me ducho
Me afeito
Y desinfecto de tu orina los espejos
El tiempo es un hacha que cura.
VISIÓN PARABÓLICA
Se te escapó la tortuga?
Ya no estás en edad
para atrapar quelonios
ni perseguir milagros
Esta es la crónica de tu
ríspida carrera:
Una caja de zapatos perforada
y esa cosita inútil respirando
para enmendar pretéritos
La lechuguita del amor
(aquel delivery azaroso
que se enquista en el píloro)
extravió tu dirección
siguió de largo
Hoy te lame el vacío
con tu chapa en la puerta
con tu cajita intacta
con el cuore en el freezer
con el sino asfixiado
Y tu tortuga muerta.
Eduardo Espósito. Nace en la ciudad de Buenos Aires, el 9 de mayo de 1956. Ha publicado El niño que jugaba a ser Rayo, 1992; Violín en bolsa, 1995. Una novia para King Kong, 2005, Quilombario, 2008. Las Puertas de Tannhäuser. 2011. Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte. Bs. As.: Ediciones de la Flor, 1999. e Italiani d’ Altrove. Milan: Rayuela Edizioni, 2010. Coordina desde 1996 los talleres de escritura de la Dirección de Cultura de la ciudad de Moreno, y otros emprendimientos particulares. Textos suyos han sido publicados en revistas y blog de Chile, Perú, Colombia, México, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Guatemala, Estados Unidos, Canadá, España e Italia. Traducido parcialmente al inglés e italiano. Reside en Moreno, Buenos Aires
Entrevista Andrés Aguirre/ Poesía del oeste
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