martes, 29 de abril de 2014

BIOGRAFÍA :LITERATURA Y ARTE ,VISIÓN DIVINA (PARTE 1)ANA L.M.RENDÓN




    Ana Lucía Montoya Rendón, nació en Restrepo, Departamento del Valle del Cauca, Colombia. De profesión administradora de empresas con una especialización en Finanzas, poeta por vocación. Con otras carreras empezadas y posteriormente abandonadas por motivos ajenos a su voluntad, como fueron, Economía, Ingeniería de Alimentos y Filosofía. Pasa de la locura de escritos líricos o reflexivos al trazo de algunos dibujos y en ocasiones juega a ser pintora, o a crear algún método nuevo de cocción de menor costo posible y de mayor obtención de placer. Hoy día dedica todo su tiempo a la escritura creativa, y un poco al dibujo ya la pintura. Se define como “inédita” en el sentido antiguo de la palabra pues cree que la tecnología actual ha hecho, se considere como producción creativa toda exhibición de obras y presencia virtuales de un autor en blogs propios y ajenos y muchos otros sitios webs donde sean publicados.

Dice que definirse es gran pretensión porque hay que partir de la base de ser simultáneamente el observador y lo observado, tarea compleja porque es medir la carga de emocionalidad, concreción o abstracción que algunos manejamos al describir o bocetar paisajes, cosas, circunstancias, o, yendo más lejos, detallar ideas, describir y apuntar características de planos más y más sutiles. Se declara aprendiz de todo y experta de nada, con lo que quiere significar su proceso infinito de búsqueda dentro y fuera de sí misma. A veces, cuando se relee, siente que hace lectura de un “alguien” que en su momento se ha asomado a su mente y le ha dictado o “acosado” aquellos temas que expone en sus poemas, en sus pequeñas prosas o en sus bocetos; siente palpable la tristeza de ese alguien; siente que él quiere ser alegre pero por alguna razón oculta, no lo consigue. También siente que él sabe cosas que ella no sabe, que además ese ser inmiscuido mira todo de manera diferente a como lo hace ella. Ese alguien se asoma de frente, refunde en su imagen cuando se mira al espejo pero, no logra desplazarla; dice que de finirse implica catalogarse dentro de un estilo, dentro de una línea de pensamiento, dentro de una gama de colores y no logra ubicarse en un punto exacto: ¿simbolista, realista, abstracta? o, ¿simplemente, alguien que se sale de sí misma y escribe en esos momentos de delirio?

Desde muy pequeña oía recitar y cantar a su madre, tíos y tías. Luego comenzó a ver libros por todos los lados. Algunos
eran los libros de texto de sus primas que los dejaban en casa
cada año, cuando regresaban del internado. Tiene el recuerdo vivo
de lo buenos lectores y poetas que eran sus tíos maternos y de los momentos en que su madre dedicaba parte de su escaso tiempo, a enseñarle a leer y a escribir. Aproximadamente a la edad de ocho años ya leía todo lo que caía en sus manos, aunque
en muchas ocasiones no entendiera casi nada. Leía de todo, incluso las recetas de cocina que aparecían en las revistas Life y Vanidades, en las que los ingredientes eran tema “esotérico”.
A partir de allí, la lectura siempre fue una pasión. Leía lo que había en la biblioteca del colegio y pedía prestados aquellos libros con
los que muchas de sus compañeras de clase, presumían. Años después conoció la revista dominical Magazín del Espectador, importante periódico colombiano, que abría las puertas hacia el mundo infinito de las letras, de las artes plásticas, de la filosofía, de la política, de los temas sociales, etc. Ese magazín la puso frena muchos horizontes y estimuló la búsqueda de autores y sus obras reseñadas en los fascículos de cada domingo. Cree que la lectura es un proceso individual y que por ese motivo que hay en el mundo tantos lectores como temas tratados, que a lo largo de su vida, cada lector se identifica con temas acordes a su sensibilidad, a sus intereses y a su profesión, si la tiene, de tal manera que, la “adicción” a la lectura, dependerá de todo ello yde los estímulos que
haya tenido a edad temprana. De esta forma y sin darse cuenta, fue
construyendo una línea de lectura a través de las novelas, la poesía, el ensayo, la historia, la religión, algunos temas filosóficos, etc. Hoy lee igual que antes, pero con una tendencia definida hacia el ensayo, la crónica, la poesía, las biografías.

Recuerda que se enamoraba “de ojo” de los niños del vecindario,
jamás fue capaz de hablarles y, ellos nunca notaron su existencia.
A esos amores dedicó sus primeras palabras, que depositó en una libretita de hojas de tonos pastel, que le habían regalado el día de su primera comunión. En esa pequeña libreta puso lo que con su voz nunca pudo expresar debido a su timidez, además, “una niña
educada en colegio de monjas” no debía siquiera insinuar tales cosas.

Cuenta que escribió muchos poemas y cartas entre los once y los diez y ocho años, que unos días antes de casarse rompió todos esos papeles y los arrojó a la basura. Hasta hace algunos años supo que su hermana fue lectora furtiva de esas notas tan
íntimas; ella y algunas de sus compañeras de colegio, dan fe de su
interés por la lectura y la escritura.

Entre más leía, más quería hacer aquello que hacían los autores
de las obras que pasaban por sus manos. Los cuentos de los hermanos Green, las novelas de Verne, los enigmáticos cuentos de Poe. Los poemas de Lorca, Bécquer, Barbajacob, Neruda..., como para indicar algunos de aquéllos archivados en su memoria.

Temas recurrentes en sus escritos generalmente son: la mujer,
Eva primigenia o la actual, los amantes, la Vida, la Muerte, el Amor,
la Libertad, los valores, las virtudes. Siempre está subrayando con letras capitales esos entes. Su panteísmo, asoma en todo momento, cuando habla de la Vida, del Universo, de la Naturaleza, y del Hombre; cree firmemente que Dios es el Uno y el Todo. Por todo esto, en la gran mayoría de sus textos, explícita o tácitamente,
Lo menciona.

La califican de compleja por la forma de decir las cosas, pero se considera coloquial y humorísticamente oscura, sin pretender serlo,
le sale sin buscarlo. Sabe que cuando escribe, vienen al galope ideas y entes desde muy dentro de sí. Describe todo lo que vive y pervive en sí misma. Detalla en la medida de lo posible, los mundos que habita, los describe con colores sonoros, así nombra lo que hay dentro de ella.


Dice que solo el tiempo dirá qué talla llegará a alcanzar pero sabe
que eso ha de ser cuando hayan transcurrido muchas vidas pues el
aprendizaje debe contarse en número de las veces del retorno
de las almas a este plano. A veces el Tiempo está tan ocupado en descorrer las cortinas del escenario para que el mundo mire y
admire la obra de los verdaderamente grandes que, apenas si nos deja asomar al menos la uña del dedo meñique y con eso debemos
darnos por bien servidos porque sabemos que actualmente hay que trabajar con denuedo para llegar a exhibir orgullo sos una tarea
bien hecha.

Está claro que el gusto por la escritura está ligado a su infancia. Muy ligado a aquellos primeros años de vida en el campo, lugar de donde nació y al que añora regresar. Arrancada de allí a los seis y medio años. Trajo consigo hasta esa celda llamada casa de ciudad, una cajita mágica, plena de memorias sonoras y multicolores, plena del aroma de la tierra mojada, desbordante de neblinas, de musgos húmedos y de barro; de brillos de Sol, de Luna y estrellas que eran más relucientes allá, en el campo; llevó a la ciudad su cajita nunca saturada de la visión divina de los cafetales cubiertos de azahares,del aroma del trapiche y del perfume del jugo dulce de caña, del hervor de los fondos de cobre durante los días de molienda. En esa caja de tesoros no había exceso, todo cabía: los susurro de los guaduales y de los cañaverales, nos obraba en ese inventario, la remembranza del piar de los pollitos acabados de nacer, acurrucados debajo de la gallina clueca; no era remanente la imagen en su retina de las pequeñas serpientes “rabo de ají“ retorciéndose sobre la tierra colorada del patio del frente de la casa, de la finca donde nació. De todo eso llenó esa caja mágica. Aún está repleta de esos recuerdos.
 Así, grosso modo han sido los orígenes de la mujer que hoy es Ana Lucía Montoya Rendón.

5 comentarios:

  1. Qué linda la edición!! Muchas graciasss!
    Besos y abrazos.

    Ana Lucía

    .

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  2. Felicitaciones Ana. Te admiro tu voluntad y dedicacion. Te mando todas las felicidades que te mereces. Sus escrituras me elevan. Un abrazo.

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  3. Felicitaciones. Excelente resumen de una vida llena de creatividad

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  4. gracias por visitar nuestra publicación y por sus palabras !!!!!!!!!!!!!!

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El septyimo cielo en los ojos n°60