QUEBRADA
Elisabet Cincotta
2010, Ediciones Muestrario (2da. edición) Buenos Aires
ISBN 978-987-25786-3-3
La autora
Nació en Quilmes, Provincia de Buenos Aires. Obra poética: Bordando la despedida (2007); Dos tonos para una cordillera (2007, volumen compartido con el poeta chileno Luis Concha Henríquez); De laureles y olivos (2008); Quebrada (1ra. ed. 2008); Descubierta (2008); De pie (2009) y Manos (2009).
Quebrada, este
poemario de Elisabet Cincotta, se presenta en su segunda edición, que
devuelve a los lectores la posibilidad de acceder a los textos editados
en 2008 también por el sello argentino Muestrario. Como muy bien apunta
la escritora Liliana Varela en el texto de contracubierta de Quebrada: ?La
mujer quebrada, la luchadora, la vencedora, la que cae mil veces y
vuelve a levantarse, aquella que cohabita en cada fibra de nosotras.
Elisabet Cincotta nos presenta a todas en una sola, nos acerca a la
figura de mujer que fuimos, somos o queremos ser.?
Esa es, exactamente, la muy humana imagen femenina que destilan las
páginas de Quebrada, una imagen fuertemente existencial, pero que
trasciende los límites del género, para volverse un universo de
contradicciones, fracasos, búsquedas y logros que el lector
?independientemente de su sexo- puede muy bien compartir y al que
resulta posible acceder gracias al buen manejo de sentidos y expresiones
poéticas que demuestra la autora. Es de destacar la fluidez del
discurso de Cincotta, su notable capacidad para abordar lo cotidiano y
lo trascendental con soltura y naturalidad, y su pericia para
demostrarnos que ambas facetas de lo real forman una sola unidad,
amalgamadas por la conciencia de aquel/aquella que tanto contempla e
interpreta como transforma en expresión poética lo que percibe. En el
contexto de la amplia variedad de estilos que componen el fuerte y
nutrido aporte de los versos escritos por mujeres a la poesía argentina,
la voz de Elisabet Cincotta es una muy interesante posibilidad para los
lectores del género.
Así escribe Elisabet Cincotta:
VI
Jazmines
sin tumba, mariposas sin horizonte, corazón que llora, cuerpo en algún
mar, en alguna fosa perdida entre tanto silencio.
Madre que sufre un hijo sin retrato, golondrinas que van y vienen en el destino del canto. Memoria y más recuerdo, piel erizada, y el terror más allá del asombro.
La mujer rota cosecha flores, quejidos sin fin, sin descanso, sin caricias.
Madre que sufre un hijo sin retrato, golondrinas que van y vienen en el destino del canto. Memoria y más recuerdo, piel erizada, y el terror más allá del asombro.
La mujer rota cosecha flores, quejidos sin fin, sin descanso, sin caricias.
Dónde conseguirlo: www.edicionesmuestrario.com.ar
Ext.de Cronopios.com
Bordando sobre papel
21/05/2009
Hay
libros que llegan a nuestras manos para alimentar el espíritu, para
llevarnos a un recorrido íntimo bordando la despedida.
Por:
Pedro Pablo Pérez Santiesteban
Hay
libros que llegan a nuestras manos para alimentar el espíritu, para
llevarnos a un recorrido íntimo bordando
la despedida,
pero a su vez adentrándonos en un nuevo encuentro. Un encuentro con
la poesía y con el verso, con el puro sentimiento de una poetisa,
que con dos agujetas en manos ha querido bordar sobre el papel la
historia de su tiempo, sus vivencias, aquellas sombras que asaltan a
la duda, a la traición o la mentira, en una tarde cualquiera:
Ni
siquiera olió el reflejo de su sombra
ni
la dureza de su aliento
no
obtuvo la caricia
la
mentira fue su puente
Así
son los versos de este poemario de la poetisa argentina Elisabet
Cincotta. Poemario que llegó a mí hace ya algún tiempo, y que con
mucho placer he leído y he vuelto a leer, cuando he querido
acercarme a la buena poesía. Bordando
la despedida
es una muestra certera de una voz que engrandece al lirismo, fecundo
de versos que se van tejiendo al ritmo perfecto:
Desborda
el hilo de tu ausencia
desnutre
mi cuerpo solitario
la
gota-lágrima-lluvia
diluye
el maquillaje del olvido
Cuando
más avanzamos sobre los versos bordados sobre el papel, vamos
descubriendo una voz solitaria en el momento mágico de la creación.
Una voz que dice de la ausencia, cuando queda a solas ante una mesa
con dos Tazas
vacías:
Elisabet
Cincotta hace derroche de la buena pluma en este poemario, Bordando
la despedida, su voz poética se ubica sin temor a equivocación, en
uno de los lugares cimeros de las voces femeninas
Nos
quedamos frente a dos tazas vacías,
órbitas
desmesuradas por reconocernos
Resurgimos
desde la borra
sellamos
sin palabras un misterio
-acallado
velo de la despedida-
lloramos
lágrimas de azúcar.
Marca
en cada compás de su poesía el decursar de un tiempo escondido en
los recuerdos, engavetados en mesas y en baúles que la humedad va
abriendo de a poco, como para demostrar que adentro están los
sortilegios:
Cuando
no estés
y
la humedad cale tus huesos
y
la lluvia haya diluido el polvo,
correrá
tu cuerpo hecho cenizas
Elisabet
Cincotta hace derroche de la buena pluma en este poemario, Bordando
la despedida,
su voz poética se ubica sin temor a equivocación, en uno de los
lugares cimeros de las voces femeninas de la poesía contemporánea.
Ella juega con el tiempo y con las palabras, ensarta sus agujetas con
hilos de colores y va delineando cada verso, sin el mínimo temor a
un punto en falso. Ella; como en su poema, retumba
tras el viento/ la búsqueda imposible/ no encuentra posiciones que
denoten el frio dulzor/ la despedida.
Gracias
Elisabet por dejar que nuestras manos, nuestros sentimientos y
nuestros ojos, puedan acariciar la perfección de tus bordados.
Sin conocerse personalmente, estos
autores, tras mantener contacto en forma virtual y compartir allí su
oficio, emprenden realizar esta obra en la forma de un contrapunto
lírico, a veces amoroso, a veces erótico. Editado por decisión de Luís
Concha, “el Hueñe” -uno de sus autores- con un tiraje limitado, “Dos
Tonos para una Cordillera” (Primeros Pasos Ediciones, 2007) representa
un desafío a las barreras geográficas, pero también a las convenciones
que intentan determinar qué se requiere para escribir un texto como
este, a dos plumas. Y la respuesta parece ser… solo dos poetas.
Por Oveja Negra
A veces tenemos la suerte de encontrarnos con un libro original, pero muy de tarde en tarde, la fortuna de hallar en él originalidad y calidad. Esas dos cualidades las tiene la obra poética “Dos Tonos para una Cordillera”, de los autores Elisabet Cincotta y Luís Concha Henríquez, de nacionalidad argentina y chilena, respectivamente.
Poesía de alto vuelo es la de estos dos creadores, donde el amor se hace palabra, utopía alada que cruza, casi al fin del mundo, los macizos andinos, auténticas palomas mensajeras que anidan en corazones apasionados y soñadores; a veces desgarrados por el dolor como el trágico tango.
Elisabet y Luís, son verdaderos orfebres de una poesía vigorosa, pero a la vez delicada, cual niebla nocturna penetrando bosques mágicos. Ambos purifican la palabra con oficio, pero sin quitarle esa frescura de lluvia en tierra baldía; se comunican en un lenguaje ágil y claro, lenguaje de cueca y milonga que pulveriza las distancias.
He aquí dos sabios hacedores de una obra profundamente humana y entrañable; guitarra y bandoneón que se complementan con maestría.
En hora buena.
POR EL OESTE*
Porque amanece por el oeste
donde las cumbres andinas
muestran nieves,
la cueca susurra por los cerros
y palpitan de rojo las estrellas.
Por que sin ser aquello
pudo haber sido,
somos lo que aún no viene.
Cada alborada desata argumentos,
la palabra sin cautiverios.
El fértil suelo, carretera de mujer descalza,
flor y fruto en el latido.
Amor, síntesis de puertas entreabiertas
para ofrecer la mirada al viento
y un Zonda que la empapa.
Porque amanece entre las luces
la ilusión baila entre trenzas,
es flor de lino, mi silueta
sin ataduras tu figura enhiesta.
El ritmo se hace signo, el entorno cadencia
y el oleaje de un océano
nos envuelve con su fuerza.
A veces tenemos la suerte de encontrarnos con un libro original, pero muy de tarde en tarde, la fortuna de hallar en él originalidad y calidad. Esas dos cualidades las tiene la obra poética “Dos Tonos para una Cordillera”, de los autores Elisabet Cincotta y Luís Concha Henríquez, de nacionalidad argentina y chilena, respectivamente.
Poesía de alto vuelo es la de estos dos creadores, donde el amor se hace palabra, utopía alada que cruza, casi al fin del mundo, los macizos andinos, auténticas palomas mensajeras que anidan en corazones apasionados y soñadores; a veces desgarrados por el dolor como el trágico tango.
Elisabet y Luís, son verdaderos orfebres de una poesía vigorosa, pero a la vez delicada, cual niebla nocturna penetrando bosques mágicos. Ambos purifican la palabra con oficio, pero sin quitarle esa frescura de lluvia en tierra baldía; se comunican en un lenguaje ágil y claro, lenguaje de cueca y milonga que pulveriza las distancias.
He aquí dos sabios hacedores de una obra profundamente humana y entrañable; guitarra y bandoneón que se complementan con maestría.
En hora buena.
POR EL OESTE*
Porque amanece por el oeste
donde las cumbres andinas
muestran nieves,
la cueca susurra por los cerros
y palpitan de rojo las estrellas.
Por que sin ser aquello
pudo haber sido,
somos lo que aún no viene.
Cada alborada desata argumentos,
la palabra sin cautiverios.
El fértil suelo, carretera de mujer descalza,
flor y fruto en el latido.
Amor, síntesis de puertas entreabiertas
para ofrecer la mirada al viento
y un Zonda que la empapa.
Porque amanece entre las luces
la ilusión baila entre trenzas,
es flor de lino, mi silueta
sin ataduras tu figura enhiesta.
El ritmo se hace signo, el entorno cadencia
y el oleaje de un océano
nos envuelve con su fuerza.
Elisabet Cincotta
POR EL OESTE*
Ya no quiero tu abrazo
desde el este,
me quisiera situar en tus oestes,
allí donde el girasol se hizo bandera.
Estar de amaneceres a tu lado,
salir a inaugurar la primavera,
vaciarnos
como somos,
tal como hicimos,
cada vez que soñamos
el poema inconcluso.
Te quiero tanto, amor,
por lo que entregas,
por estas sugerencias de piel fresca,
por este enarbolar de falda amplia
donde tus piernas cavan tu milonga.
Me gusta por tu oeste al ser oeste
y sales a cruzar mi cordillera,
y busco en este bosque de italianos
una princesa azul
la de tus ojos,
un mirlo matinal
y tus zorzales,
ahora que navego
por tus aguas.
Luís Concha Henríquez
*Del libro “Dos Tonos para una Cordillera”
Ya no quiero tu abrazo
desde el este,
me quisiera situar en tus oestes,
allí donde el girasol se hizo bandera.
Estar de amaneceres a tu lado,
salir a inaugurar la primavera,
vaciarnos
como somos,
tal como hicimos,
cada vez que soñamos
el poema inconcluso.
Te quiero tanto, amor,
por lo que entregas,
por estas sugerencias de piel fresca,
por este enarbolar de falda amplia
donde tus piernas cavan tu milonga.
Me gusta por tu oeste al ser oeste
y sales a cruzar mi cordillera,
y busco en este bosque de italianos
una princesa azul
la de tus ojos,
un mirlo matinal
y tus zorzales,
ahora que navego
por tus aguas.
Luís Concha Henríquez
*Del libro “Dos Tonos para una Cordillera”
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