La poesía no necesita de
oropeles o comodidad. Vive el fervor y las tinieblas. En los espacios orbitales
o en el abismo. Solo exige una cosa:
la chispa que la encienda. Si el poeta, donde quiera este, tiene el impulso de
Prometeo, puede tener una chispa para dar vida a sus imágenes sé, tiene el
impulso de Prometeo..
EL POEMA Y
LA CREACIÓN
La creación del mundo y del hombre, ha tentado a
muchos poetas que, al fin, repitieron el relato de las ESCRITURAS. Nosotros
hemos eludido este riesgo. La era
cibernética en que vivimos exigía una escritura distinta, un conocimiento que
abarcara la totalidad de un universo que ya no se rige por el azar y el enigma.
De las ideas del pasado en el POEMA DE
LA CREACIÒN
, hay una que retomo y siempre estará al acecho en la historia del tiempo:
LA EKPYROSIS. Es
decir, la destrucción cíclica del universo, como lo sostenía el estoico Zenón
de Citio en el siglo IV a. de J.C. El mundo, decía, es corruptible y finito, y
se engendra a si mismo. Diógenes Laercio VII, 97 cita su libro DEL UNIVERSO y
agrega los de Crisipo, Posidonis y Cleantes
BUENOS AIRES 1996
(POEMA DE
LA CREACIÓN
e.Grupo Cero)
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