El baile de los coribantes inventado por los curetos o coribantes, ministros de la religión bajo los primeros titanes, lo ejecutaban al son de tambores, de pífanos, zampoñas y al tumultuoso estrépito de los cascabeles, lanzas, espadas y escudos. La fábula dice que con el ruido de dicho baile salvaron de la barbarie de Saturno al pequeño Júpiter, cuya educación les había sido confiada.
Las danzas o bailes campestres, que se dice fueron inventados por el dios Pan, se ejecutaban en los bosques y parajes deliciosos por jóvenes de ambos sexos coronados de ramos de encina y guirnaldas de flores.
En la mitología griega, los Coribantes (en griego antiguo Κορύϐαντες Korúbantes), llamados Kurbantes en frigio, eran bailarines tocados con un casco que celebraban el culto de la gran diosa frigia Cibeles tocando el tamboril y bailando. Por su parte, los Curetes, con quien se les asocia a menudo e incluso a veces se les identifica, eran los nueve bailarines admiradores de Rea, la equivalente cretense de Cibeles.
Los Coribantes son hombres con armadura, que siguen el ritmo de panderetas, cuernos, flautas y platillos,1 y lo marcan con sus pies. La danza, según el pensamiento griego, era una de las actividades educadoras, como la elaboración del vino o la música. La danza con armadura (llamada «danza pírrica» o simplemente «pírrica») era un ritual de iniciación para los jóvenes que «alcanzan la mayoría de edad» y estaba vinculada a la celebración de una victoria en la guerra.
Los Coribantes frigios fueron identificados a menudo con otras fraternidades masculinas extáticas, como los Dáctilos ideos o los Curetes cretenses, divinidades de juventud (kuroí) que cuidaron de Zeus durante su corta infancia. En el mito griego de su nacimiento, el rito de las lanzas y escudos que entrechocan se interpreta como un medio para cubrir los gritos del niño-dios e impedir que su padre Crono lo descubra. En Las metamorfosis, Ovidio los hace nacer del agua de lluvia, Urano fertilizando a Gea, lo que podría acercarles al rito de las Híades pelasgas. Para Apolodoro son los hijos de Apolo y la musa Talía. Aún en otra versión son los hijos de Zeus y la musa Calíope.
Los Coribantes cuidaron también a Dioniso en su infancia y a Zagreo, un hijo cretense de Zeus. El éxtasis salvaje que acompaña su culto puede compararse al de las Ménades, las seguidoras de Dioniso.
Existían varias «tribus» de Coribantes, entre ellas las de los Cabiros, los Coribantes de Eubea y los de Samotracia. Hopladamo y sus gigantes se contaban entre los Coribantes y el titán Anitos se consideraba un Curete.
lustración del Dictionary of Greek and Roman Antiquities de William Smith (artículo «saltatio»)
No hay comentarios:
Publicar un comentario