Al Borde de un martes jubiloso
envío mi poema sin imagen...
me dice doña Elisa que da margen
para hacer un programa mas hermoso.
Del pecho me saco este glorioso,
soneto algo extraño, no me rajen,
pues la rima no es sencilla, no me sajen,
deseando que se lea delicioso.
Los cuartetos, ¡ al fin se han terminado !,
es momento de cambiar la extraña rima,
y que sajen o me rajen, ya es pasado.
La dama que lo lee mucho me estima...
¿Sera que mi soneto le ha gustado,
o sera que disfruta del pecado?
Si al leer este soneto te has parado...
estarás en el infierno condenado.
Viaje a Burgos y Valladolid.
En la tarde del día 15.
Después de la comida hecha,
café u hojas de tilo,
se llega al ciprés de Silos
y la puerta no esta abierta
que los monjes se han dormido.
Un estanque a la llegada
con agua muy milagrosa:
echas euros y pides cosas
y a esperar la milagreada
de que se pierda tu esposa.
Un antiguo lavadero
de mujeres hacendosas
lavaban allí sus cosas
y hablaban al panadero
de hacer sus cosas hermosas.
Al fin, la puerta se abre;
aparece una persona
- otra guía bacalada-,
que no parece una rosa.
Directo al claustro nos lleva;
es la parte mas hermosa
deste convento de frailes
que en Gregoriano pregonan.
A los frailes, no los vemos;
si vemos tienda con obras
para vender al cristiano
al que le guste tal cosa.
Belleza total del arte
en este claustro de asoma,
disfrutando de las luces
y degustando sus sombras.
En las esquinas del claustro,
la Biblia, cuenta sus cosas
y dicen que aquí los frailes,
rezan, mirando las formas.
El celebérrimo árbol
que en un rincón se reposa
después de la cirugía
para asegurar su sombra.
Ciento veinticinco años
se recrean en su historia
y lo han dejado dispuesto
para continuar su gloria.
En el museo del arte
a Juan, el viajero solo,
le ha dado una lipotimia
y rueda al suelo por el coro.
Las carreras, las llamadas;
aparece un lego y lleva,
un vaso de dulce agua
por si diabético fuera.
Al momento, se incorpora:
Gloria lo quiere llevar
a verlo en el hospital
y Juan a lo cual, se niega.
La excursión se deja aquí,
pues el animo ha caído
asustados como amigos
de este señor de Madrid.
Regresamos al hotel;
la tarde se ha vuelto mala
hace un aire despiadado
y se acaba la jornada.
Pendiente esta Covarrubias
para poder visitarla.
Encadenado. Jorge Luis Estrella. Descanse en paz.
Di a luz ochocientas luciérnagas
que inmediatamente iluminaron la noche
con intermitentes y brillantes rayos.
¡Qué felicidad verlas desplegarse
por el medio ambiente
como faroles vivos,
como pensamientos plenos de sabiduría,
como antorchas salvajes,
como cañitas voladoras,
como diminutos incendios sagrados.
Gracias, Emilio, por haber depositado en mí
el germen de la poesía
que es el que hace nacer las bellas cosas
que iluminan nuestra vida.
Que cuando las noches los invada
aparezcan,
con su milagro natural y tierno,
con su pasión de bicho afortunado,
con su dulzura radiante y atrevida,
con su sutil remedo de fogata,
las ochocientas luciérnagas
nacidas de la esperanza y el amor.
Jorge Luis Estrella
===================
¿Ochocientos farolitos ?...
¿que he de alimentar a tantos...?
¡ mal rayo me parta, Estrella,
que sin hacerlo con ella
este caso, ¡ es un espanto !.
Me lo explicas muy bonito;
con palabras.., seductoras:
¿ puedes decirme tu ahora
donde esta ese dinerito
pa tanta luz comedora?.
Jorge, cariño...,
¡que es mucha gente parida
si he de encontrar la comida
para engordar a los niños!
He de hacerte una observancia:
¿quien te reboso esas luces
===================
¿Ochocientos farolitos ?...
¿que he de alimentar a tantos...?
¡ mal rayo me parta, Estrella,
que sin hacerlo con ella
este caso, ¡ es un espanto !.
Me lo explicas muy bonito;
con palabras.., seductoras:
¿ puedes decirme tu ahora
donde esta ese dinerito
pa tanta luz comedora?.
Jorge, cariño...,
¡que es mucha gente parida
si he de encontrar la comida
para engordar a los niños!
He de hacerte una observancia:
¿quien te reboso esas luces
que ahora parida reluces,
si yo me hallaba por Francia?.
Emilio...muy mosca.
Emilio....no traga.
===================
Emilio, che, compañero,
mi esposo de fantasía,
olvídate del dinero
que todo ésto es poesía.
Me dices que eres capado
y también que estás en Francia;
no me importa tu pasado
y tampoco la distancia.
Imaginá nuestros besos
ardorosos y virtuales
deslizándose por esos
caminos satelitales.
Imaginá nuestro amor
grandioso y omnipotente,
perfecto como una flor,
con pasión iridiscente.
Bichos de luz he tenido
y todo lo demás se olvida
¿qué importa cómo ha ocurrido
si alumbrarán nuestra vida?
Jorge Luis Estrella
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si yo me hallaba por Francia?.
Emilio...muy mosca.
Emilio....no traga.
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Emilio, che, compañero,
mi esposo de fantasía,
olvídate del dinero
que todo ésto es poesía.
Me dices que eres capado
y también que estás en Francia;
no me importa tu pasado
y tampoco la distancia.
Imaginá nuestros besos
ardorosos y virtuales
deslizándose por esos
caminos satelitales.
Imaginá nuestro amor
grandioso y omnipotente,
perfecto como una flor,
con pasión iridiscente.
Bichos de luz he tenido
y todo lo demás se olvida
¿qué importa cómo ha ocurrido
si alumbrarán nuestra vida?
Jorge Luis Estrella
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Publicado por Muestrario de Palabras
Dos Maestros!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias, Lorena.
ResponderEliminarDesgraciadamente, mi compañero de versos, persigue a una "angelita" en los cielos.