Pensar
y asociar, una aventura humana
Es
conocido que en el proceso de pensar intervienen elementos de
carácter social, cultural y biológico. Sin embargo, desde el punto
de vista de quien piensa, el pensamiento aparece en el darse cuenta,
en descubrir hendijas, luminosidades desconocidas hasta entonces. Es
una revelación que sacude nuestra modorra existencial y nos genera,
transforma, produce relaciones, asociaciones y nos induce a
reflexionar en una determinada dirección, nueva, original.
No
hay pensamiento inteligente si no hay capacidad de asociar. La
asociación se verifica cuando observamos una casa, una silla o un
árbol, o cualquier imagen que tiene la virtud de hacer visible lo
invisible, los desafíos de la originalidad. Entonces aquellos
objetos significan algo más que su representación de uso. Cuando se
ve al mundo, se asocia. Lo que observamos es, en realidad, lo que se
ha aprendido a reconocer y ese reconocimiento es una red de
aprendizaje donde las asociaciones, los enlaces entre una información
y otra, abren caminos inexplorados.
Las
asociaciones automáticas generalmente no son conscientes, como
cuando se observa un objeto, o se lee o escucha una palabra y se
reconoce su significado. Pero hay asociaciones intencionalmente
buscadas bajo procesos de evaluación y seleccionando los elementos
asociativos que pueden tener estrecha relación con lo qué se busca
entender o solucionar.
Pero
también, y principalmente, existen asociaciones que resultan de
mayor interés para la producción creativa. Es una de las armas
secretas de los artistas, escritores, poetas, filósofos, pintores,
científicos y todo aquel que busca al duende de la inspiración o el
descubrimiento novedoso. También en estas asociaciones buscamos las
respuestas a problemas en elementos que no parecen tener relación
con lo que estamos tratando de hacer, entender o solucionar. El
adecuado, profundo y selectivo uso de esta asociación es lo que
marca la diferencia entre los grandes creadores y los que no lo son.
Los
otros procesos de asociación son muy relevantes, además de
necesarios, pero también son convencionales y ampliamente
compartidos. Pero una extraordinaria capacidad de evaluar no hace a
la gente creativa, porque sólo es una herramienta en el arte de
imaginar mundos posibles. ¿Qué hacer con ello? Esa es la pregunta
que cada uno debe responderse. No hay recetas fijas. Se contempla y
se busca en lugares no comunes, permitiendo con ellos que las
respuestas no sean conocidas. Buscar respuestas en donde no se han
buscado, permitirá que aparezcan respuestas, a veces
sorprendentemente nuevas.
La atención fluida significa abrir la conciencia a todo estímulo
dándole la oportunidad de germinar en una idea. Es cuando una
persona observa el mundo con los ojos bien abiertos; sensibles a
cualquier estímulo, con capacidad de inventar-asociar símbolos,
representaciones personales, en lugar de definiciones de objetos. Las
cosas son lo que uno quiere o imagina que sean, no lo que dice el
manual que son.
Cuenta
una fábula que estaba un buen hombre buscando algo en un pequeño
espacio de dos metros cuadrados. Buscaba con mucho ahínco. Pasó
otro buen hombre que le preguntó: «¿Qué
buscas con tanto esmero y dedicación?».
El hombre que buscaba le dijo «Algo
muy importante que he perdido».
El otro hombre le dio palabras de aliento y se marchó. Consideró
que no necesitaba más ayuda pues el espacio en donde buscaba el
primer hombre era pequeño. Pasaron tres días y regresó el hombre
por ese lugar, vio que todavía estaba el hombre que buscaba.
Extrañado
le dijo: «Te
veo muy débil, estás cansado, con hambre y sed, pero no cesas de tu
empeño en buscar. ¿Es muy importante eso que buscas?»
El primer hombre respondió que sí. Luego, el segundo hombre le
dijo: «Me
imagino que eso que buscas ha de ser pequeño pues el espacio en el
que buscas es muy chico. Si el objeto fuera grande ya lo habrías
encontrado».
Sin embargo el primer hombre le dijo que no, que el objeto era más
grande que la palma de su mano. «Entonces
ha de ser transparente y muy delgado»
se adelantó a decir el hombre que pasaba, pero el primer hombre le
respondió: «No,
es grueso como un ladrillo y brillante como un sol».
El
segundo hombre no alcanzaba a entender cómo algo que le describía
el primer hombre no lo pudiera ver. Se le ocurrió entonces que quizá
el objeto se hubiese desplazado o rodado a un lugar más lejos y
tratando de ayudar le dijo «Quizá
lo que buscas ya no está aquí, quizá se ha movido a otro lado o
quizá no lo perdiste aquí».
«Así
es, señor. El objeto que busco no lo perdí aquí, lo perdí a
doscientos metros de aquí».
Entonces, desesperado el segundo hombre le dijo: «¿Por
qué lo buscas aquí?»
y el primer hombre contestó: «Porque
aquí hay más luz».
El
primer hombre había aprendido a buscar sólo en un lugar que fuera
seguro y con luz, así como nosotros, a veces, sólo buscamos en
donde las cosas son lógicas, conocidas, sin sorpresas, cómodas al
fin. Sin embargo, a veces se requiere buscar en otros lugares,
asociar y pensar, para ver el otro lado de las cosas visibles.
El incendio de papel: quema
de libros
Se cumplieron 30 años de la
gran fogata que iluminó el cielo mañanero en un baldío de Sarandí,
cerca de la actual Autopista a La Plata. No eran fuegos inocentes los
que sorprendieron a los vecinos. Se estaban quemando montañas de
libros del Centro de Editor de América Latina. Fue el 30 de agosto
de l980, en plena dictadura militar. La Cámara Argentina del Libro
recuerda este triste episodio: «... un grupo de camiones volcadores
procedió a descargar un contenido poco frecuente: un millón y medio
de libros y fascículos publicados por el Centro Editor de América
Latina, secuestrados por la Policía Federal de los depósitos de la
editorial por orden del juez federal de La Plata, mayor retirado del
Ejército De la Serna. Acto seguido las fuerzas policiales rociaron
con nafta la pila y le prendieron fuego. Los libros amontonados
ardieron durante horas antes de quedar reducidos a cenizas. Obras de
grandes escritores del país y del mundo, colecciones de historia y
de ciencias, libros de poesía y enciclopedias, en fin... gran parte
del maravilloso fondo editorial del Centro Editor se hizo
literalmente humo. Concluía así la persecución iniciada dos años
antes, que incluyó el secuestro y prisión de empleados, amenazas,
prohibiciones, clausuras; y se continuó, con un «juicio
antisubversivo» contra el fundador y director del Centro, José
Boris Spivacow, al que siguió el cierre de sus depósitos y el
secuestro de sus ediciones. Esta gigantesca quema de libros es por su
envergadura, un símbolo de lo que la última dictadura militar
significó para la cultura argentina”.
No era la primera vez que las
dictaduras y gobiernos de facto que soportamos durante muchas
décadas, se ensañaban con los libros, los escritores y otras
manifestaciones de las artes. ¿A qué le temían esos mandones que
usurparon la representación política del país? Es fácil
descubrirlo. A las verdades que encierran muchos libros. A las ideas
de libertad y democracia que fluyen en muchas páginas. En suma, a la
rebelión del pensamiento. La historia de nuestro país estuvo
signada por la aventura represiva de eliminar la lectura de ciertos
libros. Prohibirlos, encarcelar a sus autores, amenazarlos o, como
sucedió a partir de 1976, agregarlos a la lista de víctimas de esta
locura, de este doloroso crimen.
El grado de insensatez y
esquizofrenia era tal en las filas antidemocráticas que hasta las
bibliotecas privadas y públicas llegaba el grado de sospecha. Los
allanamientos buscaban la evidencia más preciada: la bibliografía
«subversiva» o equivalente, así como los libros de contenidos
anarquistas, socialistas, peronistas, marxistas o antifascistas.
Cualquiera otra idea o creencia puede ser la víctima futura. La
locura y el cerrojo al pensamiento libre es una amenaza latente en la
historia de la sociedad humana.
Iluminaciones
sobre la creatividad
La
definición de la creatividad permite diferentes puntos de mira. Por
lo tanto es un tema que nos lleva por senderos cargados de
contrastes, matices, abstracciones que hacen más apasionante
intentar comprender qué cosa es esta condición de los humanos,
como un modo de acercarse a conocernos en nuestras aptitudes y
capacidades. Como otras definiciones que frecuentan las discusiones y
polémicas de los intelectuales, científicos y artistas, el abordaje
de este asunto admite, a modo de paradoja, la acción de la propia
"creatividad" para encontrar las respuestas que buscamos.
Tal como ocurre con otras manifestaciones de la vida de los humanos
-de las cuales se han elaborado muchas respuestas o explicaciones, la
mayoría de ellas válidas- en este caso también la interpretación
exacta y definitiva del concepto de creatividad todavía no ha sido
aceptada. Disponemos de aproximaciones, iluminaciones, que nos
proponen poner en alerta nuestra investigación y nuestros íntimos
descubrimientos.
Algunos
investigadores consideran que la creatividad pertenece al campo del
conocimiento científico. Sin embargo también se la ve integrando el
perfil natural de cada persona, tal vez como un proceso evolutivo y
experimental. Otra definición apunta a situarla entre las
capacidades, en este caso acentuadas por la naturaleza o el
aprendizaje, para la resolución de problemas o el encuentro con
respuestas a determinadas interrogaciones.
Según
la mirada epistemológica, la creatividad tendría un basamento
fisiológico y, siguiendo algunas hipótesis científicas, estaría
focalizada en el hemisferio derecho del cerebro. Se propone, además,
que está relacionada con la comunicación entre los dos hemisferios.
Sin embargo, no es considerada una invención o arte exclusivamente.
En la experiencia inventiva o en el hacer artístico hay un gran
componente creativo -especialmente en la obra artística- con
diferentes graduaciones. Allí tiene una exteriorización
fundamental, pero no se agota solamente en estos campos. Forma parte
de los elementos que los seres humanos disponemos para todo uso. Aún
en las pequeñas acciones diarias y domésticas se encuentran aportes
creativos que muchas veces desestimamos o desvalorizamos y que
integran este gran arsenal que es la condición creativa.
Creatividad
y solución de problemas no son considerados sinónimos. La
resolución de algunos problemas suele ser el producto de habilidades
técnicas de cada persona. Existe un problema cuando advertimos una
situación en la que intentamos alcanzar un objetivo y no disponemos
de un modo o técnica conocida para alcanzarlo. En este caso no
encontramos la solución en el inventario actual de comportamientos
orgánicos. Entonces buscamos nuevas acciones o caminos que nos
lleven hacia el objetivo.
La
psicología y la educación avanzan siempre hacia el desarrollo de
habilidades que nos guíen por el desarrollo cognoscitivo del ser
humano. Por ese camino, constituye un acto creativo el solo
descubrimiento de un problema original. Tomar conocimiento de este
problema es poner en funcionamiento nuestras capacidades para
integrar, ver y asociar realidades allí donde nadie las había
advertido. Es el acto de darse cuenta, tomar conciencia de algo, e
intervienen en él las actitudes corporales y expresivas y los
componentes sociales y afectivos.
Desde
algunas teorías se ve a la creatividad más allá del conocimiento,
es decir, la integridad del ser humano y su trascendencia ante su
realidad y no únicamente cogniscitivo. Es visto el hombre como
transformador e inventor de espacios en medio del caos y el desorden.
Por
lo tanto, para acercarnos a algunas definiciones podemos decir que
es:
-
la capacidad que tiene el ser humano de enfrentarse con un problema
nuevo y encontrar la solución;
-
registrar una necesidad expresiva y comunicarla;
-descubrir
un nuevo aspecto de la vida humana y lograr transmitirlo;
-encontrar
un novedoso enfoque de las relaciones interpersonales;
-descubrir
algo en la relación del hombre con el cosmos y transformarlo en una
obra de arte o en producto creativo.
Cada
uno dispone de la libertad que da la misma creatividad para hallar
nuevas iluminaciones a este tema apasionante para quienes solemos
hacer de esta facultad una forma de nuestra vida.
Reflexiones para uno mismo
¿Cuál es la dicha? ¿Quién
es capaz de definir exactamente la felicidad? Son metas que tienen
mucho de abstracción, de sueño, de evanescente realidad. Está
claro que cada uno persigue el mismo fin: una vida plena de
satisfacciones y gratificaciones, el cumplimiento de sus más
queridas aspiraciones humanas y el lento camino que nos llevaría
hacia el monte feliz. Pero se trata de eso, justamente, ir
buscándolo, porque cuando creemos que estamos cerca, ¡buff! Se
desvanece.
******
La peor guerra es contra uno
mismo. Algunos la ganamos, otros la perdemos y en algunas ocasiones
hay un empate. Cada uno de nosotros libra una sorda competencia con
las fuerzas interiores y exteriores que nos gobiernan. El pensamiento
y la voluntad se esfuerzan por dominarlas, armonizarlas, encaminarlas
en una dura y silenciosa puja. A veces, cuando me miro al espejo
encuentro un reflejo revelador.
******
Estoy agradecido por estar
vivo. Cada mañana abro los ojos y veo cuán linda es la luz del día.
Ando y es bueno tener un puerto, un destino. Miro y descubro que todo
no es lo mismo que ayer. Imagino historias, construyo sencillos
edificios, tejo redes alrededor. Estoy agradecido por la posibilidad
de hacerlo. Soy feliz al encarar minuto a minuto las marañas que me
tienden el destino y los hombres, la realidad y sus circunstancias,
como desafíos inéditos que me movilizan y agitan sin parar, como
aguas de un manantial que no se detiene.
******
Estamos atrapados por hábitos,
rutinas y manías. Nos ponemos, cada día, una pesada coraza con
nuestros límites y costumbres, cargamos la dura mochila sobre las
espaldas, como si fuera parte del uniforme que hemos elegido para
salir a la calle, saludar al vecino, correr el colectivo, transpirar,
ejercer el oficio de vivir. Nuestra familia nos reprocha la falta de
imaginación, la incapacidad para saltar el cerco, hacerle pito
catalán a la rutina, olvidarse de los maniáticos gestos, y
desactivar la habitualidad sin sabor ni color. Algún día, tal vez,
es posible, puede ser, tengo ganas...
****
Soy torpe, ya lo sé, puedo
cometer las más claras transgresiones a las buenas costumbres o a
las correctas relaciones interhumanas. Me manejo como un ser extraño,
introspectivo, ajeno al bullicio y la blabladuría. Soy inhábil para
tomar un café así porque sí, destornillar nuestras intimidades y
ponerlas sobre la mesa, arreglar el mundo como un dios terrenal. Sé,
corazón, que son áridas mis miradas, escasas mis sonrisas, ásperas
mis palabras... que mi paciencia es frágil, se resquebraja al menor
zumbido de la estupidez o la avaricia. Por eso, hoy vengo a pedirte
perdón, por las dudas... Si te digo soy así, no es toda la verdad,
pero lo soy...
****
Escribí la palabra "perdón"
y sonó como un campanazo grave en las paredes. Me miraste con los
ojos bien abiertos, una "O" inmensa se abrió en tus
labios, no entendías nada ni comprendías la dimensión de ese
gesto... Sí, lo sé, no estás acostumbrado a que las personas
pueden pedir disculpas por sus actos incorrectos, desacertados o
agresivos. Pero trata de entenderme. Ayer mi nieto me acosó con
miles de preguntas que debí responder sin mucha convicción. Le dije
"no sé" a muchas de ellas, y comprendí cuán ignorante
era... Me caí del pedestal.
******
Estoy cómodo aquí abajo, en
la sencillez de la vida mínima, en la pequeña y opaca manera de
transcurrir que tiene el tiempo entre nosotros. No ambiciono más
luces que las que pueden contemplar, cada mañana, mis ojos ni más
oropeles que los que pueden brindarme las sonrisas o el guiño
cómplice de mis amigos. No pretendo pedestales, mausoleos o títulos.
Ando ausente de toda vidriera y no necesito distinciones o halagos.
He dejado, hace tiempo, de confundir mis sueños con mis
pretensiones, de perseguir el éxito por el deslumbrante brillo de
las marquesinas. Sólo deseo, aquí abajo, contemplar y pensar,
reflexionar y hacer, cargado de grises.
****
A veces estallo como fuegos
artificiales, como grandes explosiones galácticas que iluminan la
noche. A veces salto y río, juego a ser general o capitán o
superhombre. A veces me encuentro en todos los rincones, me
multiplico y me miro en miles de espejos a la vez. A veces no tengo
tiempo para distraer ni fuerzas para dilapidar. Me contengo, guardo
las energías para los chisporroteos y guiños del sol. A veces
imagino una pradera verde, un eucaliptus plateado y un lago azulado.
A veces sueño en colores la vida, a veces...
****
En este día sucederán las
cosas más maravillosas que pueda imaginar. Florecerá el jazmín,
tendrá descendencia la tortuga del jardín, el sol golpeará con
fuerza en mi ventana, la computadora se tenderá a mis pies sin
problemas y mis zapatos, por fin, no rezongarán al caminar. Tú
pensarás que son hechos simples y que no tienen nada de maravilla.
Pero debes pensar, por qué te digo que "para mí" es así
y no pretendo que lo sea que para ti. Hoy me he puesto los anteojos
de ver maravillas que me devuelve imágenes veraces, irreverentes,
aún cuando este día me mire en el espejo.
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