miércoles, 18 de junio de 2014

La mejor serie de TV del siglo XX

Yo, Claudio (miniserie)

Yo, Claudio es una miniserie de 1976 producida y emitida por la BBC. Se trata de una adaptación de las novelas Yo, Claudio y Claudio, el dios, y su esposa Mesalina, de Robert Graves. Esta miniserie fue creada por Jack Pullman, quien escribió el guión de los trece episodios. Se muestra en ella la vida de la Dinastía Julio-Claudia desde el primer principado de Octavio Augusto hasta los últimos días de Claudio desde el punto de vista de éste último, que ha escrito su autobiografía. Los personajes principales fueron interpretados por actores del teatro shakespeariano, desconocidos hasta entonces en el ámbito televisivo. Destacan las actuaciones de Siân Phillips (Livia), Derek Jacobi (Claudio), John Hurt (Calígula) y Brian Blessed (Augusto).

En 1999 fue elegida como "mejor serie de televisión del siglo XX" por los lectores del periódico español La Vanguardia

 
Argumento Tiberio Claudio César Augusto Germánico, más conocido como Claudio, es el cuarto emperador del Imperio romano. Está casado en segundas nupcias con su sobrina Agripina, la menor y sospecha que su mujer quiere envenenarle para que su hijo Nerón le reemplace como emperador. Por ello, decide contar la historia de su vida, desde el reinado de sus abuelos Augusto y Livia hasta su nombramiento como emperador, pasando por los gobiernos de su tío Tiberio y su sobrino Calígula.
Claudio es nieto de Livia, la tercera esposa de Augusto, el que fuera primer emperador de Roma. Livia, de su anterior matrimonio, había tenido dos hijos: el emperador Tiberio y el general Druso, padre del protagonista. Claudio, además, tiene un hermano al que le une un gran afecto: Germánico, padre del emperador Calígula.
Tartamudo, cojo y medio sordo, Claudio es considerado, por el pueblo en general y su familia en particular, como un inepto. La historia comienza narrando la rivalidad entre el veinteañero Marcelo, el hijo de Octavia al que muchos consideran el nuevo emperador, y Marco Vipsanio Agripa, gran amigo y compañero de batallas del emperador Augusto. Marcelo cree que Agripa es su rival en la sucesión del emperador y los partidarios de unos y otros pelean en las calles. La historia llega hasta tal punto, que Marco Vipsanio Agripa decide mudarse a la isla de Lesbos, excusándose con una mentira ante su amigo el emperador. Lo que no imagina es que poco después Marcelo fallecerá y que el propio Augusto, aconsejado por su esposa, le solicitará que vuelva a Roma. Y lo hará por la puerta grande: casándose con Julia, la hija de Augusto.
Pero, Livia es una mujer perversa que aspira a continuar gobernando todo el Imperio en caso de que su marido fallezca antes que ella y para ello necesita a su hijo Tiberio. Y, para ello, debe asegurarse de que éste suceda a Augusto. Es entonces cuando comienza a deshacerse de todos aquellos que puedan interponerse entre Tiberio y Augusto, incluyendo a su propio hijo Druso, el padre de Claudio, que alberga ideas republicanas. Sin embargo, Livia no considera que su nieto Claudio, tartamudo, cojo, algo sordo y de personalidad enfermiza, pueda representar un riesgo para sus planes. Gracias a eso, el joven Claudio sobrevive en el ambiente tenso y confuso de la corte imperial, repleto de conjuras y asesinatos. Al comprobar esto, Claudio, que no es realmente tonto, decide maximizar sus defectos para evitar ser víctima de los complots de su abuela y sus sucesores.
En su infancia, el protagonista se educa junto con sus hermanos y primos. Todo cambia cuando reciben en Roma la llegada de un joven judío descendiente de una estirpe de monarcas: Herodes Agripa.
Tras la muerte de Augusto y durante el reinado de su tío Tiberio, el prefecto de la guardia, Lucio Elio Sejano, comienza a imponer un régimen de terror, y acusa de traición a cualquiera que se interponga en sus planes de convertirse en emperador. No obstante, acabará siendo destituido y ejecutado por orden de Tiberio. quien muere poco después y es sucedido por Cayo Calìgula, sobrino de Claudio.
El joven emperador se cree un dios y, después de recuperarse de una enfermedad, se hace llamar Zeus mientras que a su hermana, Drusila, con la cual mantiene relaciones incestuosas, la identifica con la diosa Hera. En este período los excesos del soberano y su desequilibrio mental llevan a los aristócratas romanos al temor y la adulación. Finalmente, las excentricidades de Calígula conducirán a un grupo de conspiradores, encabezados por Casio Querea, a matarlo. Asesinado el emperador, Claudio se esconde detrás de una cortina donde es encontrado por oficiales de la Guardia Pretoriana quienes lo aclaman, pese a su negativa, como nuevo emperador. Una vez investido, Claudio intenta rectificar y reparar la ruina legada por sus predecesores; pero a pesar de ser partidario de la república, jamás llegará a restaurarla.
Claudio es manipulado por su joven esposa Mesalina, quien abusa de su confianza y emplea su poder y su posición para mantener relaciones clandestinas y, a la vez, obtener beneficios personales. Entre tanto, Claudio descubre que su antiguo amigo Herodes Agripa ha conspirado para apoderarse de las regiones orientales del Imperio, considerándose a sí mismo el Mesías. Sin embargo, muere antes de llevar a cabo sus planes y, en su carta de despedida, aconseja al emperador que desconfíe de cuantos le rodean. Más tarde, Claudio emprende la conquista de Britania, la que resulta exitosa, sin saber que en su ausencia, Mesalina ha llevado su promiscuidad hasta el extremo de competir públicamente con una reconocida prostituta. Ninguno de los servidores del emperador se atreve, sin embargo, a decirle la verdad hasta el momento en que Mesalina se casa, a espaldas de Claudio, con un aristócrata llamado Apio Silano, con el propósito de usurpar el poder en nombre de su hijo Británico. Este acto lleva a los libertos de Claudio, Palas y Narciso, a revelarle la verdad por medio de su mejor amiga, una antigua ramera llamada Calpurnia. Claudio queda devastado y los libertos aprovechan su estupefacción para ordenar la ejecución de Mesalina y los demás conspiradores.
Claudio aparece, entonces, como un anciano vencido que se resigna a su suerte, comprendiendo que su buena administración sólo ha logrado que los romanos se acostumbren al régimen imperial. Decide, pues, llevar el régimen a su conclusión dejando el poder a un déspota, para lograr de este modo que los romanos comprendan la necesidad de restaurar la República. Claudio conoce unas profecías sibilinas que habían sido censuradas; en ellas se auguraba el reinado de Tiberio, el de Calígula y su trágica muerte, la ascensión de Claudio como emperador y su muerte a manos de Agripina la Menor, y el excéntrico reinado de Nerón. Con este fin acepta casarse con su sobrina Agripina la Menor, hermana de Calígula, una mujer, tan perversa como Livia, que hará lo imposible para asegurarse de que su hijo Nerón sea el sucesor.
El final de su plan es que sea su propio hijo Británico (a quien ha tratado con indiferencia) quien restablezca la República pero, cuando decide hablar con él, descubre que tampoco su hijo desea el antiguo sistema político y le pide que lo nombre su sucesor, argumentando que podrá cuidarse solo de las intrigas de Nerón. Acepta y, convencido de lo inevitable del destino, deja que su esposa lo envenene durante la cena. Agripina y su hijo descubren la autobiografía de Claudio y la queman con desprecio.
Mientras yace en su lecho de muerte, solo, recibe la visita de la Sibila quien le revela la futura muerte de Británico, Agripina y Nerón, al tiempo que lo felicita por haber escondido una copia de su escrito.

 Capítulos de la miniserie

  1. Un toque de asesinato.
  2. Asuntos de familia.
  3. Esperando entre bastidores.
  4. ¿Qué hacemos con Claudio?
  5. El veneno es la reina.
  6. Un poco de justicia.
  7. La reina de los cielos.
  8. El reinado del terror.
  9. ¡Zeus, por Júpiter!
  10. Salve: ¿Quién?
  11. La suerte del tonto.
  12. Un dios en Britania.
  13. El viejo rey leño.

Personajes e intérpretes

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