miércoles, 24 de septiembre de 2014

El Museo de Cera de la Ciudad de México,


 Fue inaugurado en agosto de 1979 por el entonces presidente Lic. José López Portillo y durante los 13 años que duró esta primera etapa se consolidó como uno de los mejores museos de su clase en el mundo. La vieja casona ubicada en la calle de Londres 6, colonia Juárez; Antigua Hacienda de la Teja, fue construida de 1900 a 1904 por el Arq. Antonio Rivas Mercado con estilo calificado como "ART NOUVEAU"

Pero, ¿cómo se realizan los figuras? Modelar una figura en barro es el primer e imprescindible requisito para hacer una de cera. Los cuerpos son dóciles, pero los rostros, a veces, se rebelan hasta el fin. Del rostro puede obtenerse una mascarilla mediante el procedimiento de verter sobre él una mezcla de silicón y yeso que, una vez solidificado, forma el molde de ese rostro. La ventaja de la exactitud de sus medidas se contrapone al inconveniente de la rigidez de sus facciones, alteradas en su habitual expresión por la incomodidad del procedimiento, que sólo permite respirar por dos orificios abiertos en la masa a la altura de la nariz. En el apretón de barro obtenido de ese molde, el escultor ha de realizar las rectificaciones necesarias para dar a la figura la deseada similitud con su original. Esto no siempre se consigue, aunque se intente una y mil veces. De ahí que muchos escultores prefieran basarse en fotografías y medidas faciales para, de una masa informes de barro, crear una obra en la que no caben interpretaciones ni fantasías, sino el único objetivo de exactitud. En las figuras de cera, que en su inmovilidad han de ser idénticas a quienes representan, sus autores han de renunciar a su particular inspiración en pro de la imitación más rigurosa. Tras la escultura, el molde de yeso, que equivale a lo que en términos fotográficos denominaríamos negativo. Se extiende yeso líquido sobre cada una de las partes en que se haya dividido la figura de barro, cuidando de fijar unas separaciones con láminas metálicas para, una vez solidificado, poder descomponerla en piezas. Al unirlas entre sí, se vierte dentro de ellas la cera, también líquida por defecto de las altas temperaturas a las que ha sido sometida, y cuando ésta, al enfriarse, adquiere sólida consistencia y la forma que ha tomado del molde, se separa para extraerla. Este procedimiento recibe el nombre de vaciado. Cada parte de la figura de cera así obtenida es objeto de una curiosa manipulación para eliminar asperezas, rebabas y otras imperfecciones. En el busto, aprovechando un orificio que se practica en la parte posterior de la cabeza, se colocarán los ojos y, en su caso, dientes y lengua. Más adelante, peluqueros y maquilladores insertarán en la cera los elementos capilares naturales precisos como cabello, vello, cejas, pestañas, bigote, barba, y darán a la figura matices y tonos adecuados -sombras, carmines, etc.- para lograr el parecido más real posible con la figura representada, teniendo en cuenta además, la luz de la sala donde vaya a ser instalada. Por último, sobre la armadura metálica preparada previamente, se colocan las piezas que, adaptadas entre sí, constituyen la figura, a la que sólo resta vestir y situar en el emplazamiento elegido

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