domingo, 14 de diciembre de 2014

Poesía a dos voces:Alba Estrella Gutierrez






me contemplo morir
soñador de coraje y templanza
he sido silencio
dormido entre los ángeles
amé el sol
otra piel ajena y semejante
en mi pecho oceánico de dudas
tuve el coraje de llorar
y lloré
no me arrepiento
un día mis cenizas brotarán
sobre el cuzco arropado en mis ojos
y escribirán la historia de mi raza
me contemplo morir
mi nombre

Atahualpa

                                                               
                                                                                      ÚltimoLibro
                                                                                                   duerma mi niño duerma

abrojitos de silencio

y azúcar de yerba buena

traeré un pan de sueños

cocinado con el viento

duerma mi niño duerma

llevo el trabajo en mis manos

a veces toso en silencio

después de la cosecha

lo abrigaré

con mi bufanda de besos

y esconderemos los miedos

duerma mi niño



duerma

 
y con las alas del viento

levanto mi dignidad

y soy esa pequeña historia

de olvidada memoria

conmovida de rostros espejados del alma

me descalzo de pie

con las alas del aire

y estoy frente al milagro

de vivir el instante

he muerto muchas veces

y he vuelto a renacer

de los párpados ciegos de la noche 

y vivir el amor

con todo lo que soy

y en las alas del viento

erguida vertical sola de enigmas

volver a creer 



y a ser

                                                    mi primer libro con pintura en la tapa de Patricia        Sicardi
 














 los amantes

invento
la presencia de lo no sucedido
y observo tu rostro
inclinado en el sueño
mis ojos desvisten
el naufragio de besos
de tus muslos en celo
caminan
los peces hambrientos de mi boca
te amo

y te olvidaré mañana
 
                                                       
                                                LA TAPA LA DIBUJÓ MI  AHIJADO TOMÁS MORANDI














patio de la infancia



patio de la infancia

donde todo había

hasta un duende sabio

soñaba los sueños

en algún pescante

de un viejo tranvía

donde se crecía en los reyes magos

con zapatos viejos

y un par de monedas en la alcancía

se contaban cuentos

las siestas dormían

entre las glicinas

se tomaba mate

salteaban rayuelas

y un tanguito reo todo lo sabía

un padre con lentes escribía versos

y madre cantaba romances antiguos

abuela milagro barriendo alegría

remendaba miedos 

todo lo sabía

fuimos cuatro hermanos

pateando tableros

fumando a escondidas

besos en zaguanes

la sortija en cero

en la calesita sin sacar boleto

donde los vecinos

baldeaban secretos

y dios sonreía

jugando de arquero

patio de la infancia




de atrás de lejos

repartió la hoguera

su inocencia de tribu

los encendidos fuegos

abatieron la sangre

y las flechas llegaron a mi nombre

de atrás de lejos

venían con galope de muerte

a reparar heridas y consolar

un tiempo de cigarra

madre

clavó en mí

su tempestad de ángel y de océano

buscó padre

en mis cenizas

y fui

hebra de aire entre sus dientes

de atrás de lejos

acepto mi condición de mago en la jauría


 








alas olvidadas en Malvinas

                                                            
hubo una vez

es cierto

los niños jugaron

el ruido de la muerte

lápices de acero

tatuaron barcos negros y finales ocultos

incineraron juegos

ovillitos de incienso y de silencio

navegaron infancia

y los miedos inocentes

cayeron como pájaros baleados

zaguanes tristes olvidaron

inútiles sueños

ellos volvieron

cifra impar

corazón multiplicado

sístole de pena

y plumas de alas en el viento

ellos volvieron

amputados de dios

volvieron


 
el silencio del ángel

vaciedad de infierno

luz parpadeante

de asombro cotidiano

cuando los ojos callan

el prisma convexo

tiembla de ausencia

los astros dispersan

luna de miedos

sombra del arcano

constelación absoluta de infinito

el silencio del ángel



y dios aúlla su inocencia





fui aquel trazo

desdibujado espejo

y un tablero de ajedrez

nunca jugado

ausencia de luz

y fui la no esperada

descosidos párpados

lugar equivocado

rostro impreciso

duda constante



y la última muerte

 
a buenos aires



un buzón de esquina enamorada

y baldosas de rayuela

soldaditos de papel y figuritas

canjeadas en el viento

abuelos sentados en el zaguán

mateando una nostalgia atardecida

esquina de mi barrio

donde crecer dolía

subirse al pescante de los sueños

esquineando sortijas

y el delantal de infancia



asiestaba los miedos


 
  dedicado a Julián Echevarría la letra de la tapa es parte de una carta de él INMENSO AMIGO
QUE ESTÁ EN ALGÚN LUGAR DEL VIENTO Y SIEMPRE EN MI CORAZÓN


 dos cuerpos

desnudan el amor

huelen su fragilidad

y van hacia la magia

él desconoce la prisa

y ella impacienta sus ojos

mientras sus ingles

se abren como muelle de mar

huérfanos de anclas y naufragios

él la descubre voraz sin disciplina

y a la vez es un miedo acuclillado                     

no sabe de regresos                   

ni de ruinas

ella sabe sólo de llegadas y conquistas

en él corcovean los años 

ella arquea la espalda sobre espuelas de humo

y ronronea entre sus dedos

y las bocas se buscan sin pudor

porque él sabe del final

ella lo ignora

más y más y más susurra su juventud

y él se arrodilla

como un cristal sin voz

                                                                                             

salta el abismo

y las flechas llegaron a mi nombre
de atrás de lejos
venían con galope de muerte
a reparar heridas y consolar
un tiempo de cigarra
madre
clavó en mí
su tempestad de ángel y de océano
buscó padre
en mis cenizas
y fui
hebra de aire entre sus dientes
de atrás de lejos
acepto mi condición de mago en la jauría



tuve noches inmensas
solas y fatales
a veces pagué la compañía
fui rutina entre sábanas
mentiras sin pasos de zaguanes
tuve alcohol en los ojos
y mil puertas cerradas
caí muchas veces
imposibles las restas
tuve tardes de insomnio
ausente de relojes
y música en el viento
estaciones sin trenes
con horarios de pérdida
mendigué la propina
fui mi propia indulgencia
y comí en la basura
que los otros dejaron
tuve noches inmensas
de música y acequia
agradezco la vida

nada nos debemos
                                                                                    

 
mamá siempre
estarás en mi corazón de paso
tal vez algún día
nos pongamos de acuerdo
de esto estoy segura
perdona mis olvidos
no me entendiste
ni te entendí
pero te quise hasta la médula
de mi nombre
tu voz la llevo como un abrazo calladito
y quieto
bellísima fuiste siempre
y te amé hasta inventarte
cuando nos veamos algún día
no nos diremos nada
todo está saldado
tu hija alba



cuando llegue el silencio a despertarme
cuando el viento exilie mis oídos
cuando mi boca no pronuncie tu nombre
cuando mi corazón sea un vuelo de pájaro sin alas
cuando la multitud del silencio quiebre mi sueño
cuando el asombro se acune como un adiós sin pasos
cuando
cuando
cuando esto suceda abrázame un momento

y parte

 
un día llegaste sin permiso
desarreglaste mis cosas
mis bolsillos
vaciaste armarios
mis trajes quedaron sin la piel
de lo gastado y lo vivido
mi reloj quebró el segundero
las cuentas sin pagar
quedaron solas

no tuve miedo

necesito un lugar
de exilio permitido
sin juicios ni censuras
tengo ganas de saber
a ciencia cierta
qué es lo que quiero
la noche es un pedazo
de jaula entre los ojos
grito que no encuentro
miedo necesario y pequeño
aullido de más entre los dedos
mi voz es el rostro de todos

y el silencio

 

                         Presentando poema para Candelaria


fui aquel trazo
desdibujado espejo                    

y un tablero de  ajedrez                     
nunca jugado
ausencia de luz
fui el no esperado
descosidos párpados
y lugar equivocado
rostro impreciso
duda constante

última muerte

 



 Buenos Aires

y en el bar de tu esquina
taconeado                 enbalcones       
con un truco en los ojos
canto una flor de espadas
y un as de bastos solo
camina tu empedrado
descalzado de patios
glicinas absueltas
perfuman mi rostro
te invento lagrimeo envido
treinta y tres puñales
clavados en tu espalda
en el bar de una esquina
cualquiera en buenos aires
mientras alguien

asesina mi asombro

                                                                

soñé ámérica
y fui rostro en la desamparada
derrota de tus pasos
cintura vegetal de salvaje inocencia
ríos minerales sur de naufragios
humillada sangre del silencio
américa desnuda
herida de flechas en el aire
desorientado grito
en las voces del viento
y en los cuerpos amputados del hambre
memoria de los huesos sin culpa
suicida invulnerable
américa
américa
américa

único lugar de pertenencia

                                
u rostro se descuida
en el lugar más impensable
vuelan tus ojos
a mis ojos
ancla a la deriva
soy luz
en tu perspicuidad de lámpara
y desnudo tu ausencia

nombre intransmisible
alba estrella gutiérrez

ay un niño perdido
no sabe de guerra
el hambre lo apuñala
por su espalda indefensa
con los ojos abiertos
hilvanados de asombro
muere todos los días
en todos los muertos
una cruz invertida
y en cartones de sueños
es un dios indefenso
un grito en la noche
lo descalza de miedos
en un andén vacío
le trafican el nombre
travestido de ausencia
hay un niño perdido

y dios llora

                                                   
apezono tus muslos
de hiedra entre mi boca
y acorralo el lunar
impúdico de tu espalda
mi torpeza entrelaza tu miedo
y hacemos el amor
con los ojos callados

del silencio
alba estrella gutiérrez

el violín del ángel
y sus alas
inocencian                                       

el crepúsculo

 
mi capitán
dibuja el paisaje
con sus dientes de sol
despliega las velas de su nombre
y suavemente

ulises lo acompa                                                                                                                                                  
                                           
                                                                                   
                                           
                                                    
                                               
 
hay un lugar intangible
donde el corazón
desanda sus latidos
pasos de fugacidad
recuerdan los sueños
en la memoria ausente
de pájaros dormidos
hay un lugar
para velar la muerte
dios
se viste de naufragio
y celebra su infierno
duele el amor
hasta el fondo del alma
el amor duele
cuando dos que se amaron

se despiden

 
te invento amor
con prescindencia
recorro las grietas
sin tiempo de tu nombre
con suavidad de pluma irreverente
exiliada en el sur de tus caderas
te convoco
certidumbre de pez
fugacidad inapelable
y te fundo
en vuelo final
hasta la muerte

                                                                    
                                      


   

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