viernes, 16 de enero de 2015

NELLIE CAMPOBELLO.- Poiesis, herencia subversiva en "CartuchoPor Alixia Mexa



    
  La escritura y devenir en el tiempo de

Nellie Campobello se fusionan en el norte de México 
para describir con estilo singular algunos episodios muy  intensos

sobre la Revolución Mexicana.



     La personal perspectiva y posterior narración de una adolescente
  de sucesos fríos, irónicos, sorprendentes y se

puede decir que hasta espectaculares en los que la muerte acaba
 por ser la protagonista de hechos irreversibles ocurridos 
 en la Ciudad de Parral Chihuahua, lugar donde

vivía Nellie con su familia, en la Calle Segunda del Rayo.
 Ahí  donde se desataron acontecimientos importantes

y que posteriormente pasaron a ser un legajo muy valioso reunido 
por manos y ojos femeninos. El resultado: CARTUCHO, novela símbolo de la época revolucionaria.  



     La ventana de la casa de Nellie era el lugar desde donde
  se podía apreciar la tragedia, el lugar desde donde se podían
 escuchar los balazos, los gritos,  el galopar presuroso, el escalofriante olor a muerte. Y todos esos gritos y rostros se fundieron en el corazón adolescente que aun no alcanzando a comprender del todo
 el momento, lo traslada de manera extraordinaria al papel 
mediante los relatos  de su madre, otros, vividos personalmente por

la autora.



     Cartucho propone una serie de elementos encabezados
por los protagonistas principales en un momento donde el polvo del poder se distribuía por todo el país y cuya residencia principal era el norte,  en el cual Pancho Villa tiene un papel fundamental y preponderante  como jefe de la División del Norte. Lo esencial

de la creación de la escritora es su cercanía con cada una de las personas que pasan a ser “personajes” de sus relatos. Nellie muestra una clara inteligencia, como ella misma,  para recrear los

momentos que se quedan anclados al tiempo, que aparecen como estrellas nuevas en el amplio firmamento literario.



     Nellie, la intelectual mexicana cuya escritura no había sido lo suficientemente valorada, la mujer-niña que pudo reconocer 
la mirada de Pancho Villa en una de las visitas que hicieron
 al centauro ella y su madre. En esa visita señala “el fierro malo” de Villa refiriéndose al mal humor que lo aquejaba ese día.

Describe el lugar detalladamente pero el deslumbramiento por Villa
 es evidente.

Nellie dedica un solo capítulo de los treinta y tres originales de la primera edición de Cartucho al revolucionario y hace una referencia brillante sobre lo que más llama su atención acerca del hombre: sus ojos. Llama inconmensurablemente mi atención que habiendo 
yo escrito algo sobre el General Villa y obviamente habiéndolo
  conocido solo por fotografías y lecturas  me hayan llamado
 también sus ojos desde las imágenes y este punto de sincronía 

femenino me identifica con la autora como la mujer con su sexto sentido, perceptible en el viento de los tiempos, visible como eterna mariposa en los atributos femeninos. Escribe Nellie: “Cuando Villa estaba enfrente solo se le podían ver los ojos, sus ojos tenían imán, 
se quedaba todo el mundo con los ojos de él clavados
 en el estómago”. Éstas palabras de gran profundidad en la

imagen denotan el gran impacto de la adolescente al observar
 los ojos del caudillo, de mirarlo de frente y hacer referencia a la unicidad al decir “todo mundo”, lo que ella desea transmitir
 es que el causaba emoción en toda la gente, en todo

aquella muchedumbre o individuo que lo viera; 

para nadie pasaba desapercibido el peso de los ojos de Villa, 
que esos lagos de aguas profundas  podían ser

luceros y dagas a la vez, porque a ella  le movían las entrañas. En particular esta metáfora de “clavados en el estómago” indica la intensidad de la personalidad del hombre y la gran
 perceptibilidad poética  de la escritora. Dos mundos en un tiempo

exacto, dos miradas en el vacío, como cuatro soles divididos
 por una muralla, sostenidos por un mismo cielo en el

colapso del tiempo.   



      No es en vano el intento de Campobello por reivindicar 
al dorado mayor por medio de su escritura, pues su fama de

bandolero y ladrón  se propagaba  como la pólvora que ellos 
mismos hacíanexplotar en los campos de batalla. Decía Nellie
 “Mi tema era despreciado, mis héroes estaban proscritos.
 A Francisco Villa lo consideraban peor que al propio

Atila. A todos sus hombres los clasificaban de horribles bandidos y asesinos”1).

 Quizá el poder mismo  quería relegar al caudillo a los campos del olvido, ignorando sus gloriosas hazañas  pero  es el tiempo
 quien elige a quienes han de quedar pertrechados no en
 las trincheras donde la muerte escupía sus balas,

sino en la historia, que según Cervantes es la madre de todas las ciencias.



     Los destellos de la personalidad de nuestra escritora vibran perpetuando las imágenes de los protagonistas de sus historias, volcándolos y despojándolos de sus máscaras de

guerra. Con su destacada habilidad los describe y traza
 sus palabras y acciones mostrándolos tal cual son, de igual forma 
con carrancistas y villistas, pues todos pasaban por la calle
 de su casa, todos eran conocidos de su madre, todos

eran movidos por los hilos de la revolución, y eran registrados
 esos movimientos  también, por  los ojos de Nellie y su muñeca Pitaflorida. Es entonces que la posteridad los acuña como grandiosos, aunque en la realidad breves, la historia los agiganta y hemos de agradecerle a la escritora nos dote de las palabras llenas 
de magia de sus relatos que nos trasladan al momento
 del suceso que se acumula en su memoria  emergiendo 
un lapso de tiempo en el que esos eventos génesis del hecho
 histórico más destacado de nuestro país pueden palparse
 a través de la lectura.



     Nelli Campobello

es una grande, una excepcional mujer del norte a la que 
la historia poco a poco reivindica en su papel de escritora y de impulsora del arte a través de la fundación de una academia
  de danza en la Ciudad de México. Que vivió parte de los acontecimientos de la Revolución con

escasos años en su vida y que poco a poco logra
 posicionarse en el lugar destacado que siempre le
 correspondió tener por su obra: el reconocimiento de

su país.



     La escritura

de esta gran mujer revela parte de lo que ella misma es y fue,
 de su encuentro con los destinos de unos y otros; de unos nombres y otros, de otro tanto de lugares,  de algunos hombres como Villa,

Trillo, el Coronel Bustillos, Agustín García, José Ruiz,    
de los que son y fueron y serán en lo infinito.



     Nellie queda

para siempre en la inmensidad, su constelación se perfila  
imborrable en la literatura de la Revolución

y de nuestra cultura. Nos ha dejado la herencia de sus ojos, 
con su visión más allá del cuerpo, reconociendo con su mirada ya muertos a los vivos, dando vida con sus palabras a los muertos.


BIBLIOGRAFÍA:

Campobello Nellie 

<p>CARTUCHO, versión PDF</p>

https://docs.google.com/file/d/0B0rWP7-R68qHOGUzZTA4OWMtMGY3ZC00MzZkLWFlMzctNjE2Yzg5Mzg4ZGQ4/edit



<p>(1) </p>Tola de Habich Fernando

HABLANDO CON LOS FANTASMAS

http://hablandoconlosfantasmas.com/revoluci%C3%B3n-mexicana/pr%C3%B3logos-sobre-literatura-de-revoluci%C3%B3n-mexicana/1-cartucho-nelly-campobello/

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