Bocacalle de Sarandí
Nacida en la Viena de fin de siglo, formada
en la Escuela de Artes y Oficios de esa ciudad y más tarde en Munich y
Ginebra, Gertrudis Chale fue una pintora cuyo arte floreció al contacto
con la geografía y cultura americanas. Viajera incansable, recorrió
Europa “disfrazada de muchacho” (1) y residió en París, donde se dedicó
al diseño publicitario. A principios de los años 30 se mudó a España,
cuyas extensiones de tierra parda y ocre le revelaron por primera vez el
paisaje como “cosa pintable” (2) y definieron de allí en más su paleta
característica. En 1933, temiendo la expansión del fascismo en Europa,
se embarcó hacia la Argentina, adonde llegó en 1934. Aunque prontó entró
en contacto con la elite modernista local (Grete Stern dejó de ella un
retrato), se instaló en Quilmes, localidad industrial del sur del
conurbano bonaerense donde comenzó a pintar paisajes suburbanos que más
que retratar las condiciones de vida de las barriadas pobres, convierten
sus calles, viviendas y habitantes, y su desolada ubicación lindante
con el campo, en elementos plásticos.
Bocacalle de Sarandí, también una localidad del conurbano, forma parte de este grupo de obras. En ella se retoman motivos de óleos como Últimas casas o Las tres hermanas (ambas en colecciones privadas): las construcciones viejas de cornisas prominentes, los prismas que evocan la urbanización reciente, los árboles podados, el caballo que mordisquea sus ramas secas y el corrillo de mujeres sobre el camino, representación literal del confín en su paso abrupto del asfalto a la tierra que deja al descubierto los ladrillos que sostienen las veredas. Un animal muerto en primer plano introduce una nota sórdida en el tono despojado aunque apacible del conjunto, invocando una amenaza incierta, característica por otro lado de muchas figuraciones urbanas de los años 30 y 40. La obra de Chale, celebrada por Romualdo Brughetti, fue premiada en el Salón de Acuarelistas de 1943. Sus paisajes andinos y sus mujeres indias, de las que el MNBA posee un buen ejemplo, India con collar (inv. 8301), son algo posteriores –resultado de sus viajes por Bolivia, Ecuador y Perú entre 1945 y 1946– y conforman lo más representativo de su producción, drásticamente interrumpida por un accidente aéreo en la sierra de Vilgo, en 1954.
Bocacalle de Sarandí, también una localidad del conurbano, forma parte de este grupo de obras. En ella se retoman motivos de óleos como Últimas casas o Las tres hermanas (ambas en colecciones privadas): las construcciones viejas de cornisas prominentes, los prismas que evocan la urbanización reciente, los árboles podados, el caballo que mordisquea sus ramas secas y el corrillo de mujeres sobre el camino, representación literal del confín en su paso abrupto del asfalto a la tierra que deja al descubierto los ladrillos que sostienen las veredas. Un animal muerto en primer plano introduce una nota sórdida en el tono despojado aunque apacible del conjunto, invocando una amenaza incierta, característica por otro lado de muchas figuraciones urbanas de los años 30 y 40. La obra de Chale, celebrada por Romualdo Brughetti, fue premiada en el Salón de Acuarelistas de 1943. Sus paisajes andinos y sus mujeres indias, de las que el MNBA posee un buen ejemplo, India con collar (inv. 8301), son algo posteriores –resultado de sus viajes por Bolivia, Ecuador y Perú entre 1945 y 1946– y conforman lo más representativo de su producción, drásticamente interrumpida por un accidente aéreo en la sierra de Vilgo, en 1954.
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