domingo, 26 de enero de 2014

MUSEO DE LA BASURA :PEDAGOGÍA DEL CHOQUE



                         No es el único Museo de la Basura que podemos visitar, aunque resulte curioso hay varios repartidos por el mundo;el de Boston o el Río de Janeiro son los más conocidos. Pero lo que hace del todo "peculiar" a este de Bogotá en su dueño y promotor.

. Museo de la Basura en Bogotá (Colombia)
Jueves 25 de Julio de 2013
Ron Antonio de Jesús Casafús Torres de Restrepo y Zea, tiene una óptica de la vida diferente. Decidió marginalizarse, no volvió a comprar ropa, no utiliza transporte,   recogía cosas de la calle porque le parecían interesantes.Y fue viviendo así como concibió tu idea de crear un museo de la basura.
Este espacio ubicado en el Barrio La Soledad, es el museo más curioso que se puede encontrar en Bogotá. La casa de Antonio,  es un lugar estrecho, oscuro y literalmente lleno de lo que nosotros consideramos basura. Objetos que para muchos resultarían inservibles; la tapa de un sanitario, botellas, tejas, papeles y un montón de zapatos viejos colgados junto a la puerta que, en el día, permanece abierta para que todo aquel que sienta curiosidad se acerque.A diferencia de la mayoría de museos la entrada no tiene ningún costo.

La idea de Antonio es “evidenciar la torpeza humana a través de una pedagogía de choque”, por eso, a todas las personas que llegan a visitar el museo les hace una serie de preguntas para empezar a explicar, lo que a simple vista parece un caos. La primera pregunta es: “¿cuántos de los objetos que están aquí colgados son necesarios para vivir? la respuesta es ninguno”, la segunda es: “¿De dónde sale la materia prima para fabricar todos estos objetos? de la madre tierra”, la tercera: “¿cuánto tiempo de nuestra vida perdemos trabajando para comprar todas estas ‘maricadas’?” y la última es: “¿qué van a pensar las próximas generaciones cuando tengan que andar con máscaras de oxigeno y sombreros de plomo?”.

Una vez contestadas las preguntas, Antonio comienza a explicar  el proceso de construcción del museo, la historia se remonta a cuando él estudiaba administración de empresas y según lo expresa “le supo a mierda lo que le enseñaban”, entonces, decidió estudiar artes plásticas y viajar a Francia, fue allí donde se “marginalizó” y comenzó a vivir en lugares apartados con otros “locos”, como él los denomina, “ahí tomé la decisión de no volver a comprar ropa, de montar en bicicleta, de cocinar de otra manera, de disfrutar la vida, entonces me dediqué a gozar con nada, es que uno puede ser feliz con nada".

Una visita del todo interesante tanto por la charla que Antonio ofrece a quien se acerca a su casa como por ver cómo se puede vivir entre tanta porquería.

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