domingo, 26 de enero de 2014

RADIOS:COLOMBIA Y SU CULTURA



Importancia que la radio en Colombia concede a los temas culturales. Breve historia de la Radiodifusión colombiana. Propuesta para la grabación de temas literarios

Juan Harvey Caicedo P.
 Presidente de la Asociación Colombiana de Locutores - ACL. Locutor vinculado a la radiodifusión desde 1955. Publicista con especialidad en el área creativa. Presentador de televisión en el Programa "Nostalgia" desde 1985. Narrador de televisión, programa "Testimonio". Gerente de Poder Comunicadores, agencia de publicidad. Locutor de noticias de la cadena radial CARACOL.

La radio en Colombia


Seis, décadas ha cumplido ya en Colombia la historia de la radiodifusión. El año de 1930 marcó para nuestro país una época amarga como consecuencia de una crisis económica que castigó duramente las finanzas y determinó la parálisis de actividades comerciales, la aparición de un creciente desempleo y cambios fundamentales en la política, el principal de los cuales fue determinado por la elección al poder de Enrique Olaya Herrera, para terminar con la hegemonía del Partido Conservador, que había detentado el poder por espacio de cuarenta y cinco años.

Varios son los nombres que pueden recordarse como pioneros de la radio- difusión colombiana: Elías Pellet Buitrago, en Barranquilla; en Bogotá, César Estévez, Gustavo Uribe y Pompilio Sánchez; Santiago Gaviria, en Medellín; Antonio Benítez y Eduardo Rivas, en Cali; Roberto Baena, Alberto Hoyos Arango, Daniel Hoyos y el inolvidable Enrique Ramírez Gaviria, en Manizales.

Este último hoy recuerda con claridad la hazaña por él protagonizada hace 60 años, cuando con elementos rudimentarios armó su primer transmisor de radio usando líneas telefónicas y altoparlantes distribuidos en sitios estratégicos para transmitir la ceremonia de posesión del Presidente Olaya Herrera, yel17 de diciembre de 1930 los actos conmemorativos del centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar , celebrados en Manizales.

Va llenándose después, poco a poco, el mapa radiodifusor del país: Radio Manizales, Ecos de Occidente, en Manizales. Radio Philco y La Voz de Aritioquia, en Medellín. La Voz de la Víctor y La Voz de Bogotá, Colombia Broadcasting, que más tarde cambiaría su nombre por el de Emisora Nueva Granada, la matriz capitalina de la que años después vendría a ser la semilla de RCN, Radio Cadena Nacional.

y ya en 1932, aparece Radio Santa Fe, cuya historia iniciada por su fundador, Julio Bernal, es una de las más interesantes en empresas de radiodifusión comercial. Desde su origen, Santa Fe se orientó por la música típica colombiana. Pero también y este hecho debería tomarse como punto de partida para la emisión de programas de índole cultural- dedicó tiempo a la llamada música seria y diariamente transmitió música sinfónica, logrando calar en el interés del gran público.

Y sigue enriqueciéndose el panorama de la radiodifusión. El pionero de la naciente industria, o por lo menos se recuerda como su impulsor inicial en la Costa Atlántica, don Elías Pellet, anexa a su Radio Barranquilla La Voz de la Víctor, y conforma las Emisoras Unidas. y en Cartagena aparece otro promotor de gran visión, Antonio Fuentes, quien bautiza su sistema de estaciones como Emisoras Fuentes, alas cuales muy pronto vendrán a sumarse, para regocijo de la audiencia costeña, las emisoras Radio Lequerica y Radio Colonial.

Quienes vivieron la época inicial de la radiodifusión colombiana, recuerdan con nostalgia la programación de entonces y la preocupación de los empresarios por abrir fuentes de trabajo para los artistas, muchas veces pagándolos de su propio bolsillo, otras permitiéndoles su colaboración gratuitamente, porque la incipiente actividad publicitaria y el nuevo medio de radio no permitían contar con patrocinadores que asumieran los costos de una programación viva. En su libro "Cincuenta años de Radiodifusión Colombiana", el escritor Remando Téllez B., él mismo notable productor, narrador y locutor, cuenta que el primer programa con orquesta que se transmitió por la Emisora RKO de Medellín fue pagado por su director, Pietro Mascheroni, para que dos potenciales empresas patrocinadoras se convencieran de que sí era posible presentar programas vivos y que una orquesta podía escucharse bien a través de micrófonos de carbón y de cristal, usuales en aquella época.

Cuenta también Remando Téllez que "el aspecto divulgación cultural era muy atendido por los jóvenes radiodifusores de comienzos de los treintas" y que la música clásica y la literatura ocupaban buena parte de la programación.

                      
                                  La importancia del nuevo medio de divulgación y comunicación fue contemplada cuidadosamente por el gobierno del presidente Olaya Herrera, quien había apreciado su nacimiento y su creciente influencia entre el pueblo de los

Estados Unidos, donde él ocupaba el cargo de Embajador de Colombia, y fue así como dio nuevo impulso a la primera Radio Nacional, que se llamó Emisora HJN, y dependía directamente de la Biblioteca Nacional, cuyo director de entonces era don Daniel Samper Ortega. La HJN fue inaugurada el 5 de septiembre de 1929. De la época inicial de labores se recuerda la vinculación de uno de los hombres más calificados en la historia de la radiodifusión colombiana: Fernando Gutiérrez Riaño, recientemente desaparecido, quien con su cultura, tonalidad de voz, perfecta dicción y amplios dotes para la docencia, se convirtió en la figura clave entre los locutores que ocupaban la atención de la audiencia colombiana. Alternaba con él, como colaborador especial de la HJN, el renombrado poeta, declamador e intérprete teatral, don Víctor Mallarino.

Durante el conflicto con el Perú, año de 1932, los radioaficionados y los técnicos de radiodifusión prestaron un gran servicio para las comunicaciones y la seguridad de la zona amazónica. Se recuerda al señor Italo Amore, técnico italiano, uno de los principales autores de la legislación colombiana de telecomunicaciones, a cuyo entusiasmo y conocimiento se debe en gran parte la iniciación de los enlaces por frecuencia modulada y microondas, base de las telecomunicaciones actuales en el mundo.

Pasada la emergencia económica de la que hablábamos al comienzo de esta charla, y que surgió en todo su rigor en 1930, y superada también la emergencia bélica con el Perú en 1932, el país inició su etapa definitiva de recuperación y de desarrollo, y con ella la radiodifusión privada se preparó para el gran salto que Comenzó en el año de 1935, cuando la radio principió su organización actual y el Estado empero a 1egislar sobre ella, estableciendo todas las responsabilidades técnicas, económicas y políticas inherentes a un medio de comunicación y de influencia masiva tan poderoso como es la radiodifusión.

Fueron esos cinco años de experimentos, de experiencias, de ensayos, de éxitos, de fracasos, los que dieron vida y forma a la radiodifusión en Colombia, gracias a la iniciativa de los hombres que creyeron en ella y vislumbraron su futuro, creando las bases de la gran actividad radiodifusora colombiana que ha colocado su nombre, en sesenta años de acción, en puesto preferencial en el ámbito de América Latina.

La Radio se abrió entonces como un nuevo campo de trabajo para los colombianos, al cual se vincularon desde su comienzo centenares de hombres, estableciéndola y entendiéndola como un lugar propicio para el estímulo y desarrollo de actividades culturales, artísticas y musicales que abrió sus puertas a todas las iniciativas y que llevó a todos los rincones del país, por primera vez, en forma inmediata, información, educación, cultura y entretenimiento, como una contribución de la iniciativa privada al desarrollo de Colombia en todos los órdenes y en todos los estamentos.

Es también el año de 1935 aquel en el cual nace una nueva disciplina dentro de la radiodifusión; el radioperiodismo. En Bogotá ya existían radioperiódicos, espacios dedicados exclusivamente a la transmisión escueta de noticias o a conferencias de tipo cultural o político. Pero el 24 de junio, a las tres de la tarde, en el aeropuerto Olaya Herrera, popularmente llamado "Las Playas", en Medellín, se produjo la colisión del avión "Manizales", de la empresa Scadta, y el trimotor F-31 de Ernesto Samper Mendoza, en el cual murieron Carlos Gardel y varios compañeros suyos.

La Voz de Antioquia, por entonces transmitía en su programación algunos boletines informativos. Recientemente había regresado de los Estados Unidos Antonio Henao Gaviria, joven entusiasta, periodista por vocación, quien traía la visión inmediata del periodismo y la radio norteamericana con debilidad por el reportaje sensacional. Henao Gaviria acudió velozmente al aeropuerto y, por su propia iniciativa, principió a comunicar por teléfono todos los detalles del accidente trágico, que La Voz de Antioquia transmitía al aire en forma inmediata, siendo así los primeros en informar al país y al mundo, en acción del más genuino radioperiodismo, sobre la luctuosa tragedia aérea que en su momento fue el más grande desastre de la aviación comercial mundial.

Se ha dicho que la contribución de la radiodifusión privada y comercial ha sido muy escasa hacia el área de la cultura. Sin embargo, una ojeada a la historia demuestra lo contrario. Las programaciones de la radio privada, desde su origen en 1930, dedicaron buena parte de sus espacios a la radiodifusión de tipo cultural en todos sus estados. La radiodifusión cultural propiamente dicha tuvo su origen en la HJN, que nació el 5 de noviembre de 1929, a la que ya hemos citado como antecesora de la Radio Nacional.

Pero la incipiente programación de tipo selectivo encontraría más tarde seria competencia en la programación de las emisoras comerciales que, por entonces comenzaban a desplegar otro tipo de radiodifusión.

Y así vemos cómo hacia 1940 la radiodifusión colombiana daba otro paso, definitivo. Fue causa de esa tendencia la Segunda Guerra Mundial. La información, la noticia, pasaba entonces al primer plano y las emisoras de los Estados Unidos, con su programación dirigida hacia América Latina, influyeron notoriamente en nuestro medio. Se incrementó la técnica de producción y hubo Campo para que surgieran libretistas, productores y directores colombianos que seguían la escuela neoyorquina y la londinense. Voces colombianas fueron a las fuentes de esa radiodifusión y comenzaron a hacerse populares en la radio extranjera. Se recuerda con orgullo en los anales de la radio colombiana la presencia de esas voces en la programación diaria dirigida a los países hispanoamericanos desde la BBC, la NBC, la WRUL: José Santos.Ouijano, Alejandro Oramas, Hernando Solano, Myriam Luz, Luis García, Ernesto Hoffman Liévano, Guillermo León Ruiz, el inolvidable comentarista" Atalaya", unos desde Nueva York y Washington, otros desde Londres. Varios de ellos retornaron al país.

Durante los años de guerra mejoró notablemente la calidad de la producción de los programas ya la radiodifusión comercial se vincularon otros hombres que contribuyeron a su desarrollo y su prestigio.

Comenzaba a interesar también, a mediados y finales de la época de las 40's, la nueva modalidad de los programas de radioteatro, "de cara al público". Al final de la guerra mundial, la radiodifusión colombiana se presentaba ya con gran madurez, con gran experiencia y camino de su organización definitiva. .

Estos antecedentes nos pasean por la historia que se ha desarrollado durante los últimos cuarenta años. En1950 se funda la Emisora HJCK , un atrevido intento de difusión de la cultura, llamada desde el comienzo de sus operaciones "La Emisora de los Intelectuales" o "La Emisora para inmensa minoría" y que cumplirá en el próximo mes de septiembre cuarenta años ininterrumpidos de labores. Su programación se integra, básicamente, con la difusión de música seria, la atención a los tópicos culturales como una transcripción exacta del acontecer mundial de las disciplinas artísticas, literarias, su evolución y su reflejo en la situación cultural colombiana, exaltando por supuesto la difusión de aspectos propios de la nacionalidad.

Aliado de la HJCK, la radiodifusión que podemos denominar como cultural se ha desarrollado principalmente en emisoras de inspiración y creación universitaria: en Bogotá, emisora de la Universidad Javeriana y Emisora HJUT de la Universidad Jorge Tadeo Lozano; en Medellín, la emisora de la Universidad Pontificia Bolivariana y la Emisora de la Universidad de Antioquia. Atienden también este campo de la radiodifusión cultural, la Radio Nacional de carácter oficial, en sistemas AM y FM y Musical FM, Stereo, desde Bogotá y la emisora . de la Fundación Carvajal, en Cali, sustentadas estas dos últimas por la empresa privada.

Pero la radiodifusión comercial colombiana tiene en cuenta también los diferentes aspectos de la cultura. Las grandes cadenas, cuya programación atiende fundamentalmente el quehacer noticioso, conservan y crean programas, radio-revistas, en los cuales en forma ostensible tienen cabida temas y propuestas de orden cultural y científico.

Se ha dicho varias veces en este Foro que "la cultura no vende", concluyéndose con esta aseveración, que la radiodifusión no le presta oídos a temas o contenidos calificados como densos, pesados. Habría que buscar entonces la fórmula mágica que haga que los temas culturales tengan más presencia, más cabida, y sean apetecidos por la audiencia. La publicidad parece haber encontrado esa fórmula cuando dice: para que un producto se venda, debe tener buena calidad, buena publicidad y buena distribución.

Es decir, un producto que llene las exigencias de esencia y de contenido, que sea anunciado en forma profusa y que llegue a sus consumidores actuales y potenciales por los canales más adecuados, y -perdóneseme el eufemismo-, si estamos seguros de tener un buen producto -la cultura- ¿por qué no presentarlo, "vestirlo" muy bien y hacerlo llegar hasta el último de sus consumidores utilizandolos cauces más apropiados?

Uno de los señores conferenciantes de este encuentro, el doctor Hernán Rodríguez Castello, de Ecuador, mencionó en su ponencia que "El libro es el instrumento preferencial de la comunicación": y dijo también que "los medios tienen que trabajar por el libro".

La propuesta


Permítaseme citar el hecho de que la Asociación Colombiana de Locutores, ACL, entidad que tengo el honor de presidir, congrega a las voces más cotizadas, a los más calificados narradores de nuestro medio.

La ACL quiere formular a la Secretaría Ejecutiva del Convenio Andrés Henao una propuesta que consiste en nevar el libro hasta todas las. clases sociales, en versiones condensadas de un máximo de 60 minutos de duración, elaboradas a partir de resúmenes de obras de los autores regionales, clásicos y tradicionales de la literatura universal.

"El Libro Narrado" o "El Libro Hablado", será -utilizando términos publicitarios- un muy buen producto, excelentemente presentado, con una cuidadosa preparación, un libreto bien realizado, narrado por una o varias voces en forma amena, y con montaje de grabación de óptimo nivel.

Casi con seguridad, ese producto negará hasta las manos del último de sus consumidores si se le anuncia y se le distribuye utilizando los procedimientos más adecuados, los medios y los canales más convenientes.

Puede partirse de una selección de obras de autores de los países del Convenio Andrés Heno: Neruda, Jorge lcaza, Ricardo Palma, Rómulo Gallegos, José Eustasio Rivera, Tomás Carrasqui11a, Gabriel García Márquez, entre otros.

Muy posiblemente, entonces, podrá modificarse aquel postulado que dice que "La cultura no vende".

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