lunes, 24 de febrero de 2014

CUENTOS BAJO EL SOL



El camello de arena (Gran Bretaña)

Dos muchachos, A y B, vivían en el bosque con la Vieja Abuela. La Vieja Abuela estaba siempre vestida de negro como un paraguas y tenía la cabecita redonda y roja como una manzana. Sus jaboncitos y sus piyamas también eran negros, ese era su color preferido.

A y B fueron a jugar en el bosque con la arena blanca, construían un camello. Cuando ese camello estuvo terminado tenía una mirada tan viva que A y B decían – El Camello está vivo, tiene mirada mala.

Era verdad pero cayó la lluvia y el Camello se fue en un arroyo de arena. –Bien hecho- dijo la abuela- ese Camello no me gustaba a causa de su mirada.

Pero al hacer el Camello siguiente A y B mezclaron un poco de manteca y éste tenía todavía ojos mucho más malignos que el otro. Este  Camello permanecía entero debajo de la lluvia.

-Si se le hace alguna magia se levantará-dijo B, eso sería útil pues no tenían perro. Entonces el Cuervo bajó del árbol diciendo: -Yo sé cuál es la magia que hay que hacerle al camello. Así rasguñaba con su pata unas letras sobre la frente del camello y el camello se levantó con una siniestra sonrisa; caminaba. Se dirigió a la casa. Es porque teme a la lluvia- dijo el Cuervo-. La abuela no se va a alegrar de que entre ese camello; ella hace dulce de castañas,-dijo A.

Entonces los muchachos A y B se ocultaron detrás de un árbol pues sabían que la Abuela se enojaría cuando el Camello de Arena entrase en la cocina y tenían razón, ella estaba furiosa.

Pronto vieron volver al camello que tenía la cabeza de la abuela dentro de su boca y ella estaba hacia arriba con el aspecto de un paraguas. – Es porque teme la humedad- dijo el Cuervo-

-El dulce se quema en la cocina, nadie lo cuida-

A y B fueron a la casa para ocuparse del dulce.

-          Se comerán frituras- decían A y B, después de una semana en la que solo comieron dulce de castañas-  pero el Camello se paseaba lentamente por los bosques con la Abuela como Paraguas y no la soltaba jamás.

-          El Cuervo vio todo – Ustedes me deben las joyas de la abuela-dijo- y sacó de  la casa un gran cofre de joyas.

-          Hay que utilizarlas bien- entonces colgaba las joyas de la Abuela en el árbol y había que reconocer que eso quedaba hermoso.

Leonora Carrington

Traducción Olga Orozco

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