domingo, 9 de febrero de 2014

LOS CAFÉS Y LA CULTURA :PARIS



 
Los cafés son elementos importantes del paisaje parisino y lugares de encuentro para todas las clases sociales.


Durante siglos, han formado parte de la historia artística y literaria.

El primer café en el siglo XVII


Le Procope se diferencia de los lugares a los que se iba a beber, las tabernas, por la bebida que ofrece, el café, pero también por su decoración y su distribución: pequeñas mesas de mármol rodeadas de sillas, y cuadros en las paredes. Sus clientes son más elegantes. A él acuden Diderot, Voltaire, Rousseau, para hablar de política, religión, filosofía, para arreglar el mundo… ¡Así comienza la moda de los cafés! A finales del siglo XVII, París contaba con unos diez cafés. Un siglo más tarde, contaba con 900.

Lugares de encuentro y de tertulia
Durante la Revolución francesa, en 1789, los cafés son lugares de tertulia y de llamamiento. A finales del siglo XVIII, a los grandes bulevares acude el público de los espectáculos: cuando se construye la Ópera de París, en 1876, se abre el Café de la Paix. Durante el siglo XIX, los cafés conocidos se encuentran en la Colina de Montmartre en donde los pintores Renoir, Monet, Pissaro inventan el impresionismo. Un poco más tarde, los pintores Renoir, Manet, Degas se reúnen en los cafés de La Nouvelle Athènes, al Sur de Montmartre y sientan las bases del arte moderno.



En Montparnasse


Tras el Dôme y la Rotonde, se funda en 1927 la elegante Coupole. Allí se reúnen Picasso, De Chirico, Foujita, Man Ray. Esta es también la época de los cafés literarios de la Orilla Izquierda, con el Flore, Les Deux Magots y la Brasserie Lipp, a los que acuden intelectuales como Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, los cineastas de la Nouvelle Vague como Jean-Luc Godard y François Truffaut, y poetas como Jacques Prévert.



Lugares en evolución


Desde los años 80-90, los precios suben, el café tradicional se vuelve más lujoso, más a la moda. Muchos cafés se transforman en restaurante. Ya no hay solo un café sino diferentes cafés: cafés lounge, más confortables con sillones y canapés, cafés que imitan a los cafés antiguos, bares temáticos (poesía, música, artes). También aparecen los fast-foods con unos precios más asequibles. De los 400.000 cafés que existían después de la guerra, hoy en día quedan 50.000. Ahora al café se va de otra manera: ya no diariamente, sino para salir o en ocasiones especiales.

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