viernes, 25 de diciembre de 2015

Recital por La Paz na Casa das Campas en Pontevedra.

 Luis Maquieira, Adela Blanco Jorge, Conchi Sedano González, Esther González Sánchez, Marisa Lozano Fuego, Carmen Castejón Cabeceira, Xanela Literaria, Isabel García Uría, Olga Vidal Vidal, Sirbran Sentir Puro, María Rey, Abner Tomas Viera Quezada, Wladimir Dragossan


11/12/2015
Los poetas del CÍRCULO POÉTICO DE PONTEVEDRA vivimos una velada poetico-amistosa reivindicativa,intensa y entrañable ,participando en "A casa Das Campás" en el recital
"EN BUSCA DE LA PAZ EN EL MUNDO ACTUAL" con versos emotivos y de excelencia .
Tras el recital todos los participantes compartimos una cena para festejar el estar juntos una vez mas.¡

Carmen Castejón Cabeceira 


 


                                                             
© Esther González Sánchez
 
CUERPOS DE NAUFRAGIO


A los pies luminosos de la tarde ascienden
lutos de las infancias
que juegan a una cesta
de sol sobre sus hombros,
en la misma tierra
que viste de orgullo a las petunias
y engendra de fiesta a los olivos.

Tibios de sangre acuden
con cuerpos de naufragio,
igual que un oleaje estrangulado
en cordilleras del hambre y sus mesetas

Allí llueven las lluvias más humildes
y se juega a vivir con días muertos,
y a hallar difuntos meses
por sentir menos duelos…
o a perderse en las bocas
de los más señoritos
para observar destrezas de los dientes
que muerden abundancias.

Hay un sabor en cinta de la tierra
donde el sol no amanece
con algarada rubia en su cabeza,
-bronceado de esperanza-,
mientras que en el tejado
alar de las disculpas
se ocultan los lamentos
de niños soñadores, sometidos
al ojo escayolado de la luna.


NIÑOS DE LA GUERRA


Caminas gavilán angélico y temprano
con huellas de la luz entre tus alas
nacidas para el diente del león
como una flor brotada en sus colmillos.
Llevas acurrucado
el miedo entre los hombros
y el peso de un estruendo
que irrumpe en la inocencia de tus años.
Hombre breve, las formas
poliédricas del miedo
y el ojo de la bala
que vigila y te tiembla,
a hurtadillas, trepidan tu oleaje
como en la urgencia grave
y ávida de un fuego tiembla el agua.
Yo pido para ti
las tardes blancas
y las bocas de azúcar
pero sólo consigo el beneplácito
que permite soñar
y ausentarse del mundo
subido a sus andamios.
A veces, sólo alcanzo otras licencias
que regulan rupturas de papel,
una afasia de Broca
enmarcada en la voz de un anticuario,
un golpe que se comba en la pared…
y me siento perdida
en la entraña voraz de las herrumbres.
¿Qué diptongos de luz
podrán borrar tu espanto?
Niños engendrados
para hambres de las guerras:
Con pulcra exactitud
y máculas de fiebre,
voces maquilladas de la tarde


dulcifican su sed
vaciando vuestros cántaros de lluvias!






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