lunes, 13 de julio de 2015

NO OYES LADRAR LOS PERROS (JUAN RULFO)-Alixia Mexa


“Nunca es Adverso el camino, cuando quien avanza es el espíritu” (Alixia Mexa)
Así avanzaba el padre de Ignacio, con la adversidad y su hijo a cuestas, por uncamino empolvado, ortigoso, que es posible imaginar en la narración realistamágica del autor, un camino encerrado en la boca de la noche, con el brillo fosforescente de la esperanza, un camino impreciso de la humanidad languideciendo en el vientre de la tierra.
El cuerpo de Ignacio masacraba los pasos del padre… Juan Rulfo, tal vez presente en la imagen desdoblada del padre, en el extremo ambiguo del ser que sufre, que recuerda, que recorre el humo de la fogata de antaño, o posiblemente en la del hijo, enfrentando la muerte, rasgando el halito de vida que aun puede vislumbrarse entre las luces.
Las características de esta narración, son consecuencia de la formas de vida en que el autor tal vez tuvo noción en su juventud, en Jalisco.
El hecho de la retro visión tratando de justificar el planteamiento de la idea, de la red que Rulfo sabe tejer de manera magistral en la trama precisa y ambigua, que proporciona al lector la libertad de sujetar su propia versión de la historia, de imaginar su propio camino, de inventar o inventarse a si mismo, mediante el espejo que el autor crea con la constante del recurso literario mágicamente planteado a lo largo de la historia.
Una solitaria abyección de realidades en la dupla con vínculos directos de sangre, permeable a tragedias, odios y rencores manifestados que no logran opacar el amor paternal que Rulfo expone envuelto en los anteriores elementos.
La conciencia se hace presente, el corazón no se sumerge, parecen una
contraposición las palabras del padre, un conflicto interior que subsiste porque sabe que las acciones de su hijo nunca fueron buenas, que fue malo, dice, me viene a la mente entonces un pasaje de la novela de Cervantes cuando, en referencia a los hijos, platica con un hidalgo que se quejaba de que su hijo no era del todo bueno, a menos, no como el deseaba, a lo que el manchego le da su opinión sobre la influencia de los padres en su formación intelectual y de valores de la siguiente manera:
“ Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y así, se han de querer, o buenos o malos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida; a los padres toca el encaminarlos desde pequeños por los pasos de la virtud, de la buena crianza y de las buenas y cristianas costumbres”… (Capitulo XVI, II Parte. De lo que sucedió a don Quijote con un discreto caballero de la Mancha).
Lo bueno, lo malo, la justificación del libre albedrio, que padre, me pregunto, no desea que su hijo sea el mejor, el mas dedicado, el mas correcto, sin vicios, perfecto en su persona, El personaje de Rulfo lo deseaba profundamente, el hijo escogió esa vida de bandolero, el decidió ser “malo”, el padre sufre enormemente, el padre sabe que su vástago no ha sido bondadoso, sin embargo, su amor paternal es superior a toda clase de recuerdos, toma como
justificante la memoria de su esposa, lo hace por ella, dice, pero que nos mueve, finalmente a hacer las cosas? Que fuerza nos empuja a “hacer” lo que aparentemente no queremos…? Solo es un pretexto, el padre no reconoce amar al hijo por sobre todas las cosas en su pensamiento ni en sus palabras, pero con su acto dice amarlo infinitamente.
La erosión del ambiente de la época de la revolución en México se plasma definitivamente en este cuento, las revueltas a que hace alusión el padre, las gavillas de malhechores, es una situación que invita a los pobladores jóvenes del pueblo a unirse al atraco, la adrenalina del temor, La falsa valentía? El ego irreductible? La decepción, la soledad?, El hostigamiento, el temor…? Que sentimiento predomina para tomar estas decisiones temerarias de ingresar al ambiente punitivo de tinieblas?
El tiempo es lo de menos, es circunstancial, mutable, ambivalente, regresivo, los sentimientos son los mismos, la madera arde de igual manera, el ser humano condensa, evapora o guarda lagrimas en su aposento, sin darse cuenta que una vez secas, la sal erosiona el espacio de su alma.
La verdad de todo es que el texto conmueve, además de fomentar la
imaginación, Rulfo siembra a través del relato la incertidumbre: Tonaya, van hacia allá, a buscar un medico, a buscar quien venza los estragos de una herida, mas las sombras de Tonaya son inmensas, curables solo al amanecer… el caminoa pie, el sudor mezclado con las tinieblas de la impotencia, el padre solo, porque el cuerpo de Ignacio va inerte, el padre no solo carga la soledad, que es de gran
peso, también lleva la angustia encerrada en el corazón, si tropieza con piedras,si sangran o ampollan sus pies no lo manifiesta, el padre guarda todo su dolor para dirigirse al cuerpo portador de su sangre en un casi monologo profundo y amargo: -“Te llevaré a Tonaya a como dé lugar. Allí encontraré quien te cuide. Dicen que allí hay un doctor. Yo te llevaré con él. Te he traído cargando desde hace horas y no te dejaré tirado aquí para que acaben contigo quienes sean.”
Ahora veamos a Ignacio más de cerca:
Un chico que pierde a su madre, un chico cuyo eje familiar ha sufrido un
colapso insondable para los demás, un chico desamparado, vamos.
Ignacio se queda solo , engulle la indiferencia y el desapego para
aparentemente sobrevivir, Ignacio es los jóvenes de todas las eras, de los tiempos del hoy, del estertor de la sangre en diferentes circunstancias, pero al final de cuentas… igual, porque siendo la sangre el sustento del alma, cuando esta corre y se pierde, es lo mismo. Ignacio es el sicario que sirvió a la sombra de lo ilícito, que al canjear vidas por dinero, rompe de una vez con todos los
márgenes que lo vinculan con su conciencia. Ignacio encarna la angustia delcorazón de los padres cuyos hijos escogen sembrar muerte… Ignacio es el fruto que pierde su lozanía enterrando sus valores en lo profundo de las fosas, es el hijo prodigo, la creación perfecta condenada a sucumbir de cualquier forma, es la pérdida de lo básico y elemental del hombre: su razón, es la concentración de las penas protegidas por un falso muro de poder, el orgullo
apagado…
Finalmente Ignacio y su padre llegan a Tonaya: Ignacio esta vacio, mas no ha muerto, Ignacio respira, Ignacio aun vive aquí, entre nosotros, se multiplica, rasga en la escoria… ultraja lo sagrado… irónicamente Ignacio jamás oirá ladrar los perros, ni podrá disfrutar del cielo azul, ni lavarse las manos, ni salir de la cárcel a que esta sometido su espíritu, su padre, aun llora, y en su infinitoamor filial… aun conserva la esperanza.

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